Con el afán de resaltar la mirada, es fundamental prestar especial atención a las características naturales y propias de la misma. En este sentido, cuando los ojos son claros y ya de por sí llaman la atención, saber cómo acompañar con el maquillaje resulta clave.
En este aspecto, existe un grupo de tres tipos de sombras que contribuyen a esta finalidad:
-Sombras rosas: Especialmente el rosa pálido, nude o baby pink son ideales para crear un sutil contraste que acompaña a iluminar la mirada pero sin generar demasiado revuelo, lo que hace que el color claro de los ojos siga siendo el verdadero protagonista. Pueden usarse opciones mate para el día y con algo de brillo por la noche u ocasiones más formales.
-Sombras verdes o celestes: Sea cual sea el color de los ojos, otra de las claves es acompañarlos con sombras de un color similar, aunque es fundamental observar el tono de los mismos. Por ejemplo, en el caso de los verdes, optar por un verde oliva u esmeralda que realce la profundidad de la mirada por generar un efecto monocromático. Como tip final, agregar apenas un toque de dorado en la zona del lagrimal.
-Sombras en tonos tierra: Los marrones, cobrizos, cafés, dorados o bronces, son ideales para generar un contraste perfecto con los ojos claros. Su base natural que se amalgama al tono de la piel, hace que el contorno del ojo resalte por sí mismo y, por ende, la mirada haga lo propio.