La vejez constituye una etapa de la vida que suscita una gran cantidad de cambios fisiológicos, anatómicos, psicológicos y sociales, y conlleva una reducción sustancial de la capacidad funcional de la persona. En los últimos años, el tango demostró ser una poderosa alternativa terapéutica, no sólo para afrontar las vicisitudes de este estadio sino también para combatir problemas de salud frecuentes y, sobre todo, para mejorar la calidad de vida del adulto mayor.

La danza es vida: es el lenguaje del cuerpo al cual se le agregan los sentimientos y las emociones; es arte no verbal, fuertemente sensorial y tiene un poder mágico inmanente.

 

El trabajo que se hace con los abuelos, por lo menos en la instituciones desde los nuevos paradigmas, es multidimensional e interdisciplinario. La actividad y la estimulación son claves para esta etapa de la vida.

Los talleres funcionan como facilitadores para la independencia. Estimulan la vinculación con pares, la creatividad, afianzan las redes afectivas y de contención, y lo maravilloso es que cada uno participa desde su nivel de posibilidades. Pero siempre es importante participar; aunque sea escuchando es una manera de formar parte y aportar al grupo. Cada uno desde donde puede.

 

Entre las principales preocupaciones que afectan a los adultos mayores se encuentran la pérdida de la memoria y, en consecuencia, también su autonomía. La memoria musical es la primera en desarrollarse y la última que se pierde. En el caso específicamente del tango, rememoran ciertos momentos de su vida, sensaciones y esto hace que trabajen con la memoria a largo plazo.

Otra de las claves es que en el baile se pone en juego el propio cuerpo. En ese vínculo con los otros hay mucho de la solución a estas patologías que aparecen en la vejez. Estigmatizar o colocar en el lugar de inválido o incapaz de valerse por sí misma a la persona parece ser el inicio de muchos problemas. Si en cambio se intenta que dentro de la situación personal de cada adulto sean lo más independientes posibles, tengan todos sus derechos y puedan sentir que se desarrollan a nivel personal, todo irá mejor.

 

¡Toda una experiencia de aprendizaje!