El 2020 fue difícil para el mundo aeronáutico, implicando el cierre de fronteras de muchos países y la consecuente suspensión de vuelos. Además, la visión ecológica que se comienza a instalar con más fuerza, critica duramente el daño ambiental que los aviones realizan.
Todo ello caló hondo en las distintas empresas de desarrollo de aeronaves, que se comprometen a avanzar en sus modelos teniendo en cuenta estas cuestiones también. En septiembre del año pasado, Airbus, una de las principales empresas, desarrolló tres diseños que funcionan con hidrógeno.
Por su parte, Rolls-Royce desarrolló lo que promete ser la avioneta más veloz del planeta y lo será en su diseño eléctrico. El nombre de la aeronave es "Spirit of Innovation" (Espíritu de Innovación), y se espera que vuele a 480 kilómetros por hora.
Se estima que sea la máquina más eficiente, utilizando un sistema de propulsión eléctrico que se estudió en la célula de prueballamada "ionBird" antes de instalarse en el producto final. Tres motores electrónicos 750R axiales de alta densidad de potencia, funcionarán con el paquete de batería de 6.000 celdas que generarán hasta 750 kW, proporcionando 320 km con una sola carga. A su vez, contará con enfriamiento directo para proteger las celdas a altas velocidades.
También cuenta con reducción de ruido, ya que las hélices giran a un menor número de vueltas; y el tren de potencia logra una eficiencia energética del 90%, por encima de los motores de combustión de un automóvil.
Para su "Spirit of Innovation", la empresa se encuentra trabaja con YASA (Reino Unido), un fabricante de controladores y motores eléctricos livianos de alta potencia. También, con Electroflight (Reino Unido), una empresa emergente especializada en trenes de potencia eléctricos de alto rendimiento.