Tanto la realización de tareas de limpieza como las condiciones climáticas (el frío en invierno o el exceso de sol en verano), exponen la piel de las manos de manera constante mostrando como resultado resequedad, agrietamiento y dolor. ¿El factor que se le suma? Por supuesto, la cantidad de alcohol en gel o alcohol al 70% que se usa a modo de protección en este período de pandemia.
Sin embargo, algunos simples tips pueden ayudar a mejorar la calidad de la piel de manera inmediata.
- Controlar la temperatura del agua: Es recomendable usar agua fría o tibia para el lavado de manos con jabón. Además de que el agua caliente no elimina los gérmenes, también resulta perjudicial para la piel.
- Secado y post hidratación: Tras lavarse las manos, no se deben secar de manera agresiva frotando la toalla o el papel sobre la piel, sino dando pequeñas palmaditas. Inmediatamente y con las manos secas, aplicar crema hidratante es fundamental. Si se perciben las manos secas tras uno o dos minutos, se puede volver a aplicar más. Es importante que dicha crema sea hipoalargénica y no tenga fragancias.
- Usar guantes para limpiar: El contacto de la piel con químicos como el perfume para piso, vidrios, maderas, o incluso la misma lavandina o cloro, hace que la piel se reseque y se agriete. Es importante usar guantes para evitar este contacto innecesario.
- Tratar de evitar limpiadores antibacterianos: La combinación de agua y jabón ya es suficiente para realizar una correcta limpieza que prevenga enfermedades infecciosas. Este tipo de productos suele contener algunos químicos que irritan en demasía la piel.
- No esperar a tener la piel seca: La hidratación correcta de las manos debe hacerse de manera recurrente, sin esperar a que la piel de señales de agrietamiento.