Limpiar la mampara es una de las tareas más complejas debido al peligro que supone rayar la misma por utilizar productos o artículos indebidos. A su vez, tras una simple salpicadura, como sucede al bañarse, esta parte suele volver a percibirse sucia.
Por estos motivos es importante contar con una buena rutina que de buenos resultados en sencillos pasos y a toda velocidad. Lo primero a tener en cuenta es su material, ya que no se utilizarán los mismos productos en mamparas de cristal que de plástico.
Mamparas de cristal
Es la más común de ver y la calidad del material hace que con una simple rutina de limpieza, la mampara quede perfecta.
Para limpiar, se necesita vinagre blanco (30 ml), bicarbonato (2,5 gr) y agua (250 ml), cuya mezcla se coloca en un recipiente con pulverizador. Además, un paño humedecido en agua y un paño seco.
Una vez realizada la mezcla, aguardar que la misma deje de reaccionar/burbujear. Luego, aplicar sobre la mampara y dejar actuar entre 10 y 15 minutos. Pasar luego el paño humedecido en agua y, finalmente, el paño seco.
Mamparas de plástico
Este material es el que más rápido se ensucia y que pareciera acumular más suciedad. Por ende, su limpieza debe ser realmente rutinaria.
Para hacerlo, se necesita amoníaco, alcohol y agua en partes iguales en un recipiente con pulverizador. Además, utilizar un paño húmedo, guantes y barbijo para cubrirse tras el uso de la mezcla.
El procedimiento consta de rociar toda la superficie incluyendo rieles. Pasar el paño húmedo para quitar el resto del producto.