Al cambiar las estaciones, las necesidades de las plantas también lo hacen. En este aspecto, las plantas de interior también requieren de lo suyo por más que no estén tan expuestas como lo están los ejemplares del exterior.
Y, si bien la primavera es la mejor época del año para ellas por comenzar la temporada de crecimiento y florecimiento, existen algunos cuidados que es necesario implementar:
-Abonar las plantas: Es uno de los pasos más beneficiosos para la salud a largo plazo. El abono es una especie de multivitamínico que repone los nutrientes esenciales debido a que la planta utilizó algunos para crecer. Debe usarse con moderación y nunca en suelo fresco.
-Cuidar la exposición al sol: Con un sol más fuerte y por más horas, puede necesitar reconsiderarse el lugar en donde las plantas de interior se ubican. En tal sentido, puede ser necesario alejar algunas plantas de la ventana. Al igual que con el riego, la disminución de luz directa debe ser gradual y por eso debe ir observándose la planta en pos de hacer los ajustes necesarios.
-Limpiar las hojas: Las plantas cuentan con carga estática y actúan como imán para el polvo, por lo que es importante limpiar sus hojas para evitar que los poros se bloqueen. Los poros, o esporas, son los que permiten el paso de oxígeno durante la respiración, del dióxido de carbono en la fotosíntesis y del vapor de agua durante la transpiración.
-Prestar atención a la temperatura: La mayoría de plantas de interior necesitan entre 15 y 28° C, con un punto óptimo ubicado en los 24° C. Cualquier cambio extremo, al igual que las corrientes de aire frío o caliente, pueden generar un estrés a la planta. Mantenerlas alejadas de puertas y ventanas abiertas cuando los cambios externos sean muy fuertes, así como de aparatos de aire acondicionado.
-Regar con más frecuencia: A partir del ingreso de más luz solar, las plantas absorben más agua. Ello, sumado al aumento de temperatura, puede influir en la necesidad de las plantas respecto del riego.
Para evitar encharcamientos durante el cambio de estación, la frecuencia de riego debe aumentar en forma gradual. Observar las plantas durante este período y, si las hojas se marchitan o el sustrato está seco, se debe regar con más frecuencia. Si en cambio la tierra permanece húmeda durante dos días o más, regar menos. En caso de recibir sol directo, pueden colocarse piedras en la tierra para que retengan mejor la humedad.
-Replantar las plantas: Cada 12 o 18 meses, las plantas deben ser trasplantadas o replantadas. Uno de los mejores momentos es la primavera ya que esta acción proporciona nuevos nutrientes y brinda más espacio para el crecimiento. No necesariamente debe cambiarse de maceta, sino que se trata del cambio de tierra o sustrato.
-Una poda primaveral: Podar el follaje que no esté sano devuelve a las plantas los nutrientes necesarios para crecer fuertes y sanas. También ayuda a eliminar plagas y enfermedades. Muchas plantas se benefician de la poda frecuente, además, porque mantienen una forma compacta y definida.