En pos de contar con un cabello abundante y sin frizz, el secreto se encuentra en el buen uso de las semillas de lino. Según expertos, con una sencilla mascarilla casera se puede crear un auténtico producto que hidrata y suaviza el cabello con grandes resultados.
El lino en el cabello
-Brillo natural: Suaviza la superficie de cada hebra, revitalizándola.
-Control del frizz: Por su textura gelatinosa, el lino actúa como sellador natural para la cutícula del pelo.
-Fortalece fibras capilares: El lino mejora la elasticidad y resistencia del cabello, evitando que se rompa con facilidad.
-Hidratación profunda: Por su alto contenido en ácidos grasos esenciales y vitamina E, el lino ayuda a nutrir y humectar cada hebra eliminando el aspecto opaco.
-Mayor crecimiento: A raíz de contar con nutrientes esenciales como omega-3 y lignanos, fortalece los folículos capilares y promueve un crecimiento saludable.
Receta para una mascarilla casera de lino
Ingredientes: 2 cucharadas de semillas de lino; 2 tazas de agua. Opcional: una cápsula de vitamina E o unas gotas de aceite esencial de romero o argán.
Preparación: En una olla pequeña, colocar las semillas de lino con las dos tazas de agua y calentar a fuego medio. Remover constantemente para evitar que las semillas se peguen al fondo de la olla y liberen así su gel natural uniformemente. Cuando la mezcla adquiera una consistencia gelatinosa, después de unos 10-15 minutos, retirar del fuego.
Utilizar una tela fina o un colador para separar el gel de las semillas y evitar grumos. Dejar que el gel se enfríe y añadir la cápsula de vitamina E o unas gotas de aceite de argán para potenciar sus beneficios. Guardar el gel en un frasco hermético y refrigerar. Puede durar hasta una semana si se conserva bien.
Uso: Lavar el cabello como siempre y, con él aún húmedo, aplicar la mascarilla casera desde las raíces hasta las puntas. Usar un peine de dientes anchos para distribuirla uniformemente.
Dedicar unos minutos a masajear suavemente el cuero cabelludo en movimientos circulares. De esta forma, se mejorará la circulación sanguínea permitiendo que los nutrientes penetren mejor.
Cubrir el cabello con un gorro térmico o una toalla caliente para potenciar los efectos hidratantes de la mascarilla. Dejar que actúe entre 20 y 30 minutos. Si se tiene un pelo muy seco o dañado, podría extenderse el tiempo a 40 minutos.
Enjuagar con abundante agua tibia para retirar todos los residuos y luego secar con una toalla suave. Evitar el uso de secadores para mantener el cabello hidratado. Utilizar esta mascarilla una o dos veces por semana para ver resultados notables en poco tiempo.
Es importante que, previo a aplicar cualquier tipo de producto sobre la piel o el cabello, se consulte al propio especialista en dermatología para evitar cualquier efecto adverso que pueda afectar al propio organismo.
Fuente: Glamour.