Subirse a un avión puede causar diversos efectos en el organismo. La baja presión atmosférica sumada a bajas temperaturas que suelen haber dentro del avión y los niveles reducidos de oxígeno pueden generar un impacto físico, sumado al estrés general que suele sentirse.
Sin embargo, existen formas de combatir efectos secundarios y una de ellas tiene que ver con qué se come y qué se bebe mientras se viaja. Además, qué se ingiere antes y luego de volar. Según las y los expertos, hay una seguidilla de recomendaciones a seguir.
La digestión y el vuelo
La presión de la cabina es lo que más suele afectar a la digestión y muchos pasajeros experimentan hinchazón. Así como a algunas personas se les tapan los oídos, en el sistema digestivo pasa algo similar.
Por otra parte, durante los vuelos suelen ofrecer alimentos ultraprocesados y de bajo valor nutritivo, lo que puede contribuir a los problemas de digestión que se sufran durante el viaje.
Por todo ello, se recomienda:
-Evitar "antojos" y priorizar alimentos altos en fibra.
-Evitar ingerir alimentos y bebidas deshidrantantes, como el alcohol, sobre todo sin beber suficiente agua al mismo tiempo.
-El café, además de deshidratar, también puede incrementar el nerviosismo ya que es estimulante. Esto incrementa la actividad del sistema nervioso, del cerebro, y puede hacer lo propio con hormonas como la adrenalina. Para quienes son más ansiosos, se recomienda ingerir bebidas descafeinadas incluso antes de viajar.
-Evitar la comida salada ya que puede exacerbar la deshidratación, lo que causará posibles dolores de cabeza, fatiga y niebla mental.
-Evitar alimentos ultraprocesados. En su lugar, optar por comidas frescas y alimentos integrales.
-Optar por bebidas y alimentos antioxidantes o con carbohidratos complejos como cereales integrales.
-Las frutas, frutos secos, semillas, chocolate negro, pochoclos y tortitas de avena son buenas opciones para ir comiendo durante el viaje.