Según las Naciones Unidas (ONU), un tercio de los alimentos que se producen en todo el mundo y son aptos para consumo humano, se desperdician cada año. Esto, además de contribuir con el hambre mundial, se torna una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero en todo el mundo.
El movimiento Zero-Waste (Residuo Cero), realiza periódicamente distintos estudios para contribuir a la concientización de la población en todas las temáticas relativas a la emisión de basura por parte de las personas, con el objetivo de reducir la misma.
Algunos expertos de dicho movimiento han manifestado que "los alimentos en descomposición emiten gas metano, cuyo efecto invernadero es aproximadamente 30 veces más potente que el dióxido de carbono, durante un período de 20 años".
Para ello, han creado distintos tips para tomar conciencia y evitar desechar en demasía alimentos que pueden reutilizarse, además que esto contribuirá notoriamente al cuidado del bolsillo:
- Chequear lo que hay antes de comprar: Previo a salir de compras, es importante revisar lo que hay en la alacena y heladera, asegurándose de no comprar duplicado. Hacer una lista es una perfecta opción para evitar el impulso de "comprar por las dudas".
- Almacenar correctamente frutas y verduras: Los distintos alimentos tienen sus secretos para ser almacenados de manera correcta. Por ejemplo, papas y cebollas deben estar en la oscuridad y estar separadas unas de otras para no ablandarse. Otro tip es guardar las manzanas en la heladera para que se mantengan crujientes, y dejar las frutas inmaduras en la mesada para que maduren. A su vez, las frutas deben estar alejadas de las hojas vegetales verdes porque éstas se amarillean más rápido.
- Reutilizar sobras: En vez de comenzar a cocinar con una receta e ir a buscar posteriormente los ingredientes, es preferible observar la heladera y alacena para ver qué es lo que hay a mano. Por ejemplo, si hay papas hervidas en la heladera, usarlas para hacer ñoquis.
- Regalar los alimentos antes de que se echen a perder: Aquellos alimentos que se encuentran en buen estado pero que se sabe que no se comerán, es mejor que sean regalados. Esto, además de ayudar a quien lo necesite, contribuirá a disminuir significativamente la cantidad de residuos.
- Analizar por qué se echa a perder la comida: Si alguna comida se echó a perder, ya sea que haya estado cocida en la heladera o aún sin utilizar, es importante conocer el motivo de su estado. Esto permitirá que no vuelva a suceder y prestar mayor atención a lo que se compra.
- Compostar: Convertir los restos de comida en abono es una buena opción, contribuyendo a nutrir el suelo.