El denominado “turismo astronómico”, que incluye acampes a cielo abierto, caminatas y cabalgatas por la noche y diversas visitas a observatorios; comenzó a cobrar cada vez más relevancia a partir del eclipse solar del 2 de julio de 2019, que luego se materializó en la ley 27.513 coronando a San Juan como Capital Nacional del Turismo Astronómico.
Dentro del turismo nacional, se diagramó la denominada "Ruta de las estrellas", que incluye distintas zonas y puntos del país. El sudeste de la provincia cuyana se coronó como uno de los sitios geográficos favoritos, involucrando distintos caminos para observar plenamente la presencia de la luna y estrellas, así como cúmulos, nebulosas y planetas que pueden observarse a simple vista o con ayuda de un telescopio.
El cielo de San Juan, caracterizado por estar mayormente despejado durante todo el año -cuentan aproximadamente con 2mm anuales de lluvia-, colabora con la posibilidad de crear este novedoso tipo de turismo.
Turismo astronómico
Entre las ofertas, la provincia invita a realizar caminatas, recorridos en bicicleta, cabalgatas, campamentos a cielo abierto, junto a guías especializados que acompañan la jornada con leyendas sobre la cosmovisión de pueblos originarios de dicha región.
A su vez, se suma la posibilidad de realizar observaciones más precisas en los distintos observatorios con ayuda de telescopios, y la visita a un museo con expertos que dirigen las visitas.
Una de las localidades favoritas es Barreal, ubicada a la izquierda del Río de los Patos cercano al nacimiento del río San Juan. Allí se encuentran la Estación de altura Carlos Ulrico Cesco, perteneciente a la Universidad Nacional de San Juan, y el CASLEO (Complejo Astronómico El Leoncito), dependiente de Conicet. En ambos casos hay visitas guiadas y, en el primero de ellos, se cuenta con la particularidad de un cielo nocturno sumamente oscuro, con más de 250 noches despejadas al año casi sin viento ni contaminación.
Por otra parte, la capital provincial cuenta con el Museo Astronómico Reinaldo Carestia y el Observatorio Félix Aguilar.
En cuanto al Valle de la Luna, en Ischigualasto, desde hace más de 20 años se realiza un turismo de este estilo. Allí se reciben visitas de todo el mundo que acuden a observar la geoforma del espacio bajo la luz natural de los cuerpos que componen el sistema solar.