Los tips de decoración sirven para distintas finalidades. Una de ellas es la de crear pequeñas ilusiones ópticas que, por ejemplo, den sensación amplitud en un espacio que en verdad es mucho más pequeño. Cuando ese espacio es un living o sala de estar, es muy importante tener en cuenta qué muebles elegir, con qué colores pintar y qué accesorios agregar, ya que será una de las áreas favoritas y donde más tiempo se pase dentro del hogar.
¿Cómo decorar un living pequeño? A continuación, sencillas ideas para aplicar y disfrutar:
- Usar colores claros para pintar las paredes: Los colores fríos como el gris, azul y verde -en tonos claros-, son una excelente opción ya que dan sensación de amplitud. Lo mismo aplica para el techo. Incluso, jugar con un tono más claro para el techo también es una opción a elegir. No se recomiendan los blancos brillantes.
- No sobrecargar con colores: Para ello se recomienda seguir una línea de un mismo color y, si se desea, variar los tonos del mismo. Es importante contar con una paleta de colores para guiarse.
- Luz natural: Ante un espacio reducido, lo más apropiado es que, durante el día, ingrese la mayor cantidad de luz natural posible. No tapar la misma con cortinas tipo black-out u oscuras, sino todo lo contrario. Los tonos semitransparentes son los más recomendables.
- Cortinas largas: Las cortinas que van desde el piso hasta el techo generan ilusión de amplitud, como si el living fuera más largo y existiera un enorme ventanal.
- Alfombra grande: Para quienes se animan a más, que la alfombra cuente con un patrón atrevido suma muchos más puntos todavía. Siguiendo la línea de lo que se aconseja, que esa alfombra sea el punto de atención hará que el resto no necesite grandes intervenciones.
- Elegir muebles según la forma del espacio: Por ejemplo, si se trata de un living alargado, aprovechar los rincones también es un punto a favor. Para ello, una buena opción es elegir un sillón en forma de L que se apoye directamente a la pared. También, el uso de una pared completa para colocar estantes es una buena opción para no sobrecargar con muebles.
- Buscar muebles multifunción: Al intentar ahorrar espacio, es importante aprovechar cada detalle de los muebles que se elijan. Banquetas con tapa, sofá con almacenamiento debajo, una pequeña mesa que cuente con estantes por debajo, son algunos ejemplos.
- Usar sillones pequeños: La idea es no generar sensación de ahogo o invasión. Utilizar un sillón de dos cuerpos no necesariamente implica que sea voluminoso.
- Sillones bajos: Todo lo que sea desde la mitad de la pared hacia abajo, cuanto más bajo sea mejor. Esto brinda sensación de que el techo es aún más alto.
- Asientos colgantes: Otra opción son las sillas tipo hamaca que, además de ser divertidas, no ocupan espacio en el suelo.
- Mesas transparentes: La o las mesitas que se utilicen, deben ser preferentemente de material transparente. Esto hará que visualmente no ocupen gran espacio ya que se puede ver a través de las mismas.
- Dos mesas en el centro: Reemplazar la tradicional mesa rectangular por dos más pequeñas, también da un respiro al espacio. Además de jugar con la decoración (se pueden colocar de distintas formas), permiten que el flujo de tráfico sea mejor ya que pueden correrse de manera mucho más sencilla si así se requiere.
- Ordenar la tecnología: El living es el espacio ideal para montar una especie de cine hogareño con un televisor grande y buen equipo de sonido. Sin embargo, para no quitar espacio, se recomienda que toda la instalación sea flotante. El TV instalado en la pared y hacer lo propio con los parlantes, que pueden aprovechar espacios como estantes colgantes.
- El truco del espejo: Usar distintos espejos en cuanto a formas y tamaños -o uno grande que ocupe toda la pared-, es ideal para agrandar espacios. Si a ello se le suman colores cálidos y suaves como los pasteles, mucho mejor.
- Iluminar de manera acorde: Así como con los muebles, las luces también deben ocupar poco espacio. Para ello se recomiendan lámparas colgantes, e incluso las que se fijan en la pared.
- Decoración para la distracción: Tener uno o dos objetos que llamen la atención da el toque perfecto para que no se necesiten muchas otras cosas. Una buena lámpara de pie o de mesa, o una gran obra de arte colgada en la pared, o un tapizado llamativo en el sillón, hacen que toda la atención se dirija allí y no sea necesario contar con muchas otras cosas que, además, ocupen el poco y real espacio que hay.