La menta es una planta herbácea perenne de la familia Lamiaceae, reconocida por su aroma y sabor fresco y penetrante. Puede crecer hasta 60 centímetros de altura y, en algunos casos, produce pequeñas flores púrpuras o blancas. Muchas personas optan por tener estas plantas por sus propiedades para la cocina, a la vez que por el agradable aroma que generan en el ambiente.

Existen distintas variedades que se diferencian entre sí por la intensidad de los aromas y sabores, siendo algunas de ellas la menta spicata, piperita, suaveolens o aquatica.

Planta de menta en el hogar (hola.com)

Un cuidado adecuado

Para mantener saludable y correctamente esta planta, sea de la variedad que sea, los expertos recomiendan:

-Un riego adecuado: Debe ser un riego regular para mantener la planta húmeda sin generar grandes sobrantes de agua. Para ello, se debe controlar que la superficie del suelo permanezca siempre húmeda aunque sin excesos para que no se pudran las raíces.

-Una correcta ubicación y llegada de luz: La menta prefiere la luz solar indirecta o sombra parcial. Si bien se puede tolerar el sol, deben proporcionarse horas de sombra para mantener su frescura.

Los cuidados son muy sencillos, con especial atención a la cantidad de agua con la que cuenta la planta (cuerpomente.com)

-Contar con un adecuado suelo y/o maceta: En caso de tener la planta en maceta, debe escogerse alguna con buen drenaje para evitar el exceso de agua. Al crecer demasiado y muy veloz, si no se cuenta con grandes espacios es preferible cultivarla directamente en una maceta para así controlar dicho crecimiento.