Ingresando en los días más frescos del año, la pasta es uno de los platos favoritos para aminorar los efectos del frío en el cuerpo. Muchas personas optan por tener a mano el sobre de queso rallado o algún queso para rallar en el momento, como si se tratara de ese compañero entrañable para este tipo de plato. Sin embargo, existen algunas salsas que, por su gran cantidad de sabor, pueden volver prescindible este agregado.
A continuación, tres recetas de salsas que harán que el queso resulte poco necesario para acompañar el plato:
- Salsa carbonara:
Se trata de una de las salsas típicas italianas, en donde el huevo es el gran protagonista. Para realizarla, se necesitan 200 gramos de panceta fresca cortada en dados finos, 6 yemas, y cantidad necesaria de aceite, pimienta y sal.
Primero, debe freirse la panceta con un poco de aceite y, al dorarse, se le añaden las yemas, sal y pimienta. No debe cocinarse para no convertirse en tortilla, sino que debe permanecer sólo unos segundos en el fuego. Luego, retirar y verter de forma inmediata en la pasta previamente cocinada. Remover bien y a disfrutar.
- Salsa amatriciana:
Otra de las típicas opciones italianas y sumamente sencilla de preparar. Para la misma se necesita 1 kg de tomates pelados y picados, 150 gramos de panceta fresca cortada en dados finos, 2 dientes de ajo picados, 1 cebolla picada, y cantidad necesaria de jengibre rallado, aceite y sal.
Para la preparación, colocar un poco de aceite en una sartén y dorar allí la panceta. Luego, agregar la cebolla y el ajo y, al dorarse -sin quemarse-, agregar los tomates. Inmediatamente, agregar sal y jengibre y dejar cocinar a fuego lento durante al menos 30 minutos.
- Salsa de hongos:
Para dar un sabor único a las pastas, la salsa de hongos es una opción perfecta que, además, es muy rica a nivel nutricional. Esta salsa necesita 100 ml de agua, 30 gramos de hongos secos, 30 ml de vino blanco, 1 cebolla picada, extracto de tomate, aceite y sal.
Antes de comenzar la preparación, deben hidratarse los hongos durante una hora. Luego, escurrir y picar. En una sartén con poco aceite, colocar los hongos y la cebolla por, aproximadamente, cinco minutos. Agregar el agua, sal y vino, y, luego de que éste se evapore, agregar el extracto de tomate dejando cocinar a fuego medio.