Facebook e Instagram podrían comenzar a ofrecer una versión de pago de sus aplicaciones en Europa, para hacer frente a las normativas de la Comisión Europea y a la creceiente preocupación regional por la privacidad de los datos de los usuarios.
La Comisión Europea viene trabajando desde hace tiempo para ampliar la liberalización del mercado de datos personales y no personales, facilitando que empresas, consumidores y el sector público tengan mayor acceso a ellos y fomentar así su intercambio.
Con el objetivo de garantizar la privacidad de los datos y fomentar una mayor competencia en este mercado, se definió un reglamento que estipula la forma en que las empresas y los organismos públicos deben recoger, almacenar y gestionar los datos personales para ofrecer a los ciudadanos un mayor control sobre ellos.
Para poder procesar los datos, compañías y administraciones públicas deben obtener el consentimiento expreso de los ciudadanos, para lo cual están obligadas a explicar de forma comprensible qué tipo de información van a recopilar y con qué objetivo.
A su vez, el reglamento obliga a recopilar el menor número de datos posible, de tal manera que solo se soliciten aquellos que son necesarios.
Suscripción opcional para Instagram y Facebook
En vista de esta situación, la tecnológica Meta, propietaria de las mencionadas redes sociales, estaría analizando la posibilidad de permitirle a sus usuarios de Europa pagar una suscripción para dejar de ver publicidad. Según publicó el New York Times, el servicio gratuito seguirá estando disponible y complementará la posible nueva versión de suscripción, ofreciendo así a los clientes una alternativa. Esta medida, de la cual no han trascendido detalles como el tiempo que tomaría hacerla oficial y el costo de la suscripción, podría ayudar a Meta a confrontar a las autoridades europeas y defenderse de los planteos sobre las políticas de privacidad y uso de datos. Para poder generar ingresos desde sus inicios, Meta se centró en mantener plataformas de uso gratuito para los usuarios, monetizándolas a través de la venta de publicidad. Pero el avance de las regulaciones sobre cómo las redes sociales hacen uso de la información personal para direccionar anuncios está poniendo en jaque ese modelo, especialmente en Europa.