Siempre se ha pensado que el alto consumo de lácteos es bueno para la salud y fortalece los huesos, sin embargo, una investigación de Harvard asegura que sus beneficios no son tan claros y que, por el contrario, existen preocupaciones sobre los posibles riesgos y resultados adversos para la salud.
El estudio, publicado en el New England Journal of Medicine y reproducido por El Espectador, preguntó ¿qué propiedades le hemos atribuido a la leche y por qué decimos que son ciertas? El mismo concluyó que la ciencia y las evidencias detrás de estas recomendaciones dietéticas son escasas.
El propósito natural de las leches de vaca, cabra, ovejas u otros animales, es ayudar a los más pequeños a crecer rápidamente para defenderse ante los depredadores. La leche contiene los nutrientes esenciales, como la proteína y el calcio para tal función. En el caso de los humanos, si se compara la leche con bebidas azucaradas, paquetes y otras comidas procesadas de baja calidad, seguramente va a ser una alternativa más balanceada para la dieta.
Luego de cientos de entrevistas, encontraron que la razón más frecuente para tomar leche es que se cree que fortalece los huesos. “Se consume para crear un 'banco' de calcio a lo largo de la vida y prevenir fracturas. Pero esto no parece muy cierto, al menos para la población en general”, indicó David Ludwig, profesor de pediatría y nutrición de Harvard y uno de los autores del trabajo.
Una revisión sistemática de los estudios sobre el tema reveló que no existe una relación entre un amplio consumo de leche y una reducción en las tasas de fractura de cadera, por ejemplo. “Sorprendentemente, los países con el mayor consumo de leche, como Suecia, tienden a tener un mayor riesgo de fractura de cadera que aquellos con el menor consumo, como China. Si bien las comparaciones internacionales pueden estar influidas por otros factores, como la genética y el nivel de actividad física, muestran que no se requieren ingestas altas de productos lácteos para evitar que nuestros huesos se desmoronen”, explicó.
Incluso entre los jóvenes, no hay evidencia de que la leche proteja contra fracturas más adelante en la vida, y en todo caso, lo contrario puede ser cierto. Entre casi 100.000 adultos estudiados, cada vaso adicional de leche al día consumido en la adolescencia se asoció con un riesgo 9% mayor de fractura de cadera en los hombres.
Los científicos consideraron que si bien en la infancia los productos lácteos “pueden agregar un valor nutricional importante y aumentar el crecimiento y la altura alcanzada, en los adultos, los beneficios son mucho menos claros”.
Por otro lado, las pruebas realizadas refutaron la creencia de que la leche baja en grasa promovía la pérdida de peso, así como tampoco encontraron una relación directa entre el consumo de leche y las enfermedades cardíacas o cancerígenas, tal como sostienen muchos críticos del consumo de lácteos.