Desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) redoblaron los esfuerzos en pos de ayudar al continente por los casos de dengue. En particular, esta última acción apunta a Centroamérica, donde se está experimentando un 98% de aumentos de casos en comparación a esta altura del año en 2023. En general, América está viviendo un año récord con más de 11 millones de casos reportados y más de 5900 muertes relacionadas.

Como respuesta a esta epidemia, la OPS desplegó una serie de medidas estratégicas como un plan integral que incluye capacitaciones en gestión, diagnóstico, manejo clínico y control de vectores. Esto, en conjunto con la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.

La iniciativa

Las acciones incluyen la actualización de protocolos y la provisión de reactivos para mejorar la vigilancia epidemiológica y laboratorial, además de la creación de una sala de situación accesible en todo momento para los equipos técnicos de los países centroamericanos, lo que apoya la toma de decisiones en prevención y control.

El doctor Luis Gerardo Castellanos, Jefe de la Unidad de Enfermedades Desatendidas, Tropicales y Transmitidas por Vectores de la OPS, señaló: “Nuestros esfuerzos se centran en fortalecer la capacidad de los países para enfrentar la epidemia de dengue. Esto incluye no solo la detección y el diagnóstico rápido de los casos, sino también un manejo adecuado y oportuno de los pacientes, lo que es crucial para reducir la gravedad de los casos y salvar vidas.”

En línea con su Estrategia de gestión integrada para la prevención y control de las arbovirosis, la OPS ha puesto en marcha espacios de colaboración virtual (ECV) en diversos países de Centroamérica. Estos espacios facilitan el análisis en tiempo real de datos epidemiológicos, clínicos y laboratoriales, lo que resulta crucial para una identificación y respuesta rápidas ante brotes, permitiendo decisiones más efectivas en salud pública.

Además, se reforzó la vigilancia entomológica para identificar y controlar la población de mosquitos transmisores del dengue. Por otra parte, se facilitó la adquisición de insecticidas y y se apoyó la evaluación operativa del uso de tecnologías innovadoras, como la liberación de mosquitos infectados con Wolbachia, para favorecer el control vectorial. También se ha fortalecido la vigilancia en la resistencia a insecticidas, para garantizar que sigan siendo eficaces o reemplazados cuando sea necesario.

Otra acción es el fortalecimiento de la vigilancia virológica con la provisión de reactivos y la actualización de algoritmos para el diagnóstico y vigilancia de laboratorio. A su vez, se impulsó significativamente la actualización de las guías clínicas nacionales y se han brindado capacitaciones a profesionales de salud, con el objetivo de prevenir casos graves y reducir los fallecimientos.

El rol de los ciudadanos

La participación comunitaria es fundamental en la prevención del dengue, ya que los criaderos en viviendas y alrededores son los principales focos de propagación. En este aspecto, desde la OPS se promovió la producción y distribución de materiales educativos y estrategias de comunicación de riesgos para reducir la población de mosquitos y controlar la enfermedad. Además, se alienta a los países de Centroamérica a organizar la Semana de Acción contra los Mosquitos para movilizar a las autoridades y comunidades en la eliminación y prevención de criaderos.

Las misiones técnicas de expertos de la Organización realizadas en esta subregión han estado orientadas a mejorar la sospecha clínica y la detección rápida de casos, así como a fortalecer la respuesta en la red primaria de atención en salud para asegurar un manejo eficaz de los pacientes.

Fuente: OPS/PAHO.