Recientemente, la revista científica Epileptic Disorders, publicó acerca de un estudio de alta complejidad realizado a un paciente con epilepsia refractaria, es decir, resistente a las medicaciones. La investigación estuvo a cargo de un equipo compuesto por científicos de Conicet, en la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce "Dr. Néstor Carlos Kirchner".

Durante las crisis sufridas por este paciente, el mismo presentó un conjunto de síntomas inusuales, los cuales se denominan "epilepsia danzante" por la realización involuntaria de movimientos similares a los de una danza. Se identificó la zona del cerebro donde se disparaban estas crisis y, de esta forma, se pudo caracterizar en detalle esta sintomatología poco habitual, aportando información útil sobre los circuitos cerebrales implicados en su origen.

El caso

"La forma en la que se manifestaban las crisis era algo poco frecuente: el paciente, un joven de 21 años, realizaba de forma involuntaria algo similar a una rutina de baile, elevando los brazos, haciendo un chasquido con la boca y realizando movimientos rítmicos de la pelvis y el tronco y saltos giratorios", contó Nuria Cámpora, becaria posdoctoral del Conicet.

Tras las crisis, el paciente no recordaba nada, además de no contar con formación previa ni interés por la danza o la música. Además, la profesional indicó que frente a un caso de epilepsia refractaria, una opción es la cirugía que consiste en extirpar la zona del cerebro donde se originan las crisis. "Para ello, se requieren estudios rigurosos sobre el comportamiento de la señal eléctrica de las neuronas que permitan identificar el lugar exacto", aseguró.

Luego de una serie de estudios, como electroencefalogramas, resonancias magnéticas y otras técnicas por imágenes, así como evaluaciones diagnósticas a nivel psicológico y cognitivo, el paciente fue sometido a una videoelectroencefalografía (video EEG), procedimiento que combina, por un lado, la colocación de electrodos en el cuero cabelludo para identificar cómo se activa la señal eléctrica y, por otro, el registro fílmico del paciente para ver la manifestación física.

"Realizamos una estereoelectroencefalografía (SEEG), en la que los electrodos van dentro del cerebro, ubicados en distintos puntos que nosotros pensamos que podrían ser el origen de las crisis", explicó Cámpora.

Los resultados

La combinación de resultados permitió determinar que los movimientos más complejos que se evidencian durante las crisis convulsivas se localizan en la parte anterior del lóbulo frontal, el lóbulo más grande y complejo del cerebro, que era donde el equipo esperaba encontrarlos.

Tras estos estudios, el paciente fue sometido a cirugía, procedimiento mediante el que se extirpó la zona de origen de su epilepsia sin afectar áreas elocuentes, tras la cual las crisis epilépticas mejoraron, aunque aún continúa tomando medicación.

Según destacó la experta, uno de los principales logros del trabajo radica en haber aportado la caracterización precisa acerca de la semiología tan poco frecuente del caso y la demostración de que un estudio complejo como el que realizaron puede sentar las bases para encontrar los tratamientos adecuados.

Para Silvia Kochen, investigadora del Conicet en la ENyS, con este trabajo quedó demostrado una vez más que "el estudio diagnóstico y terapéutico de la epilepsia en el ser humano, además de mejorar la calidad de vida del paciente contribuye al desarrollo de las neurociencias, aportando conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro".

 

Fuente: Télam.