Un 2-3% de los embarazos se ve afectado por la preeclampsia, una patología que a su vez se constituye como una de las complicaciones más graves durante la gestación pudiendo incluso causar la muerte de quien se encuentra gestando. Las arterias de la persona gestante que suministran sangre a la placenta del feto son las que presentan el padecimiento.
En este aspecto, si la placenta no cuenta con la cantidad suficiente de sangre, el feto puede recibir niveles inadecuados tanto de sangre como de oxígeno y nutrientes. A su vez, se aumenta el peligro de desprendimiento de placenta. Todo ello genera riesgos para el feto pudiendo afectar directamente a su crecimiento, nacer prematuro o incluso puede resultarle fatal.
Por otra parte, tras el nacimiento, la persona gestante cuenta con un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Por todo ello, distintas investigaciones fueron validando los principales métodos de cribado de preeclampsia para instaurar tratamientos preventivos en población de alto riesgo para así evitar que la patología se desencadene. Una de las más recientes estuvo a cargo del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Torrejón (España) junto a la Fundación iMaterna.
Qué es la preeclampsia
La preeclampsia es una enfermedad que causa hipertensión y que complica el embarazo a una mujer que previamente no es hipertensa. En este sentido, se puede deducir que es una consecuencia del propio embarazo en el que influye mucho la placenta y cómo se forma.
Cuando una placenta no se forma adecuadamente y a esto se le suma que la madre presenta ciertos factores de riesgo, puede desencadenar una preeclampsia. Esta enfermedad, se asocia además a la falla de múltiples órganos, como el riñón y el hígado.
Factores de riesgo
A pesar de que cualquier mujer podría desarrollar preeclampsia, es cierto que es mucho más frecuente en mujeres con factores de riesgo tales como la obesidad, un embarazo en edades avanzadas o el consumo tabaco. Otro factor de riesgo muy importante es la diabetes.
Además, influye notoriamente si es o no el primer parto y si ya ha sufrido preeclampsia previamente. Si el primer parto de una madre ha transcurrido sin complicaciones, eso suele ser un factor protector.
Por este motivo, detectar de manera temprana qué mujeres pueden desarrollar preeclampsia y aplicarles algo tan sencillo como una aspirina en dosis muy bajas, puede disminuir la aparición de esta complicación en más de un 60%.
Síntomas y efectos más habituales de la preeclampsia
Detectar los síntomas de la preeclampsia resulta complejo, ya que suelen ser bastante comunes en todo tipo de embarazos, posean o no esta complicación. Los principales son cefalea, dolor de cabeza, molestias estomacales, vómitos, náuseas.
Sin embargo, con el pasar del tiempo se puede desarrollar una complicación muy grave que puede ser la eclampsia cerebral y otro tipo de alteraciones de otros órganos, como efectos sobre la coagulación de la sangre, el fallo hepático o el fallo renal.
"Esto puede llegar a ser muy peligroso y acabar con la vida de la madre. De hecho, la preeclampsia es la responsable de un 15% de las muertes maternas", afirmaron los investigadores.
Esta enfermedad puede tener también consecuencias en el feto y la prematuridad es una de las principales. En general, la preeclampsia se asocia a bebes muy pequeños, donde algo ha fallado en la placenta y finalmente nacen de manera precoz.
"La preeclampsia es más frecuente detectarla al final del embarazo, pero es mucho más grave cuando ocurre de manera precoz", explicaron. Lo importante también del estudio es ver que realmente se puede diagnosticar desde el primer trimestre del embarazo, ya que se detecta el 75% de los embarazos que van a requerir un parto prematuro. Si a las gestantes se les detecta desde el primer trimestre, se les puede y se les va a hacer un seguimiento más exhaustivo.
Diagnóstico y tratamiento
La paciente que va a revisión alrededor de la semana 12 ya cuenta con un seguimiento de los factores de riesgo. Esto se combina con una medida de presión de la madre y del flujo de la placenta. De esta forma se obtiene la probabilidad de que el desarrollo preeclampsia que requiera un parto prematuro.
Además, en base a esa probabilidad y teniendo en cuenta si la paciente es o no de riesgo, se indica el tratamiento con aspirina. Se hacen revisiones mensuales y se instruye en cómo tomarse la presión, cuando y cuales serían los signos de alarma, entre otros factores a controlar por la propia mujer.
Prevención
"Antes del embarazo, si prestamos atención a los factores de riesgo, podemos tener un efecto y disminuir las posibilidades de desarrollo de la enfermedad", señalaron. En este aspecto, si se desea gestar, previamente se puede trabajar en la perdida de peso en personas con obesidad, dejar de fumar y seguir hábitos saludables.
Además, realizarse los controles pertinentes que especialistas en ginecología y obstetricia recomienden hacer, en el tiempo y forma indicados, ayudará en todo caso a un diagnóstico temprano que disminuya los distintos riesgos.
Fuente: EFE.