Son muchos los que están notando que la cuarentena ha empezado a impactar sobre su piel, la cual en algunos casos se les reseca, en otros se les llena de granitos, sobre todo en mejillas y mandíbula. Ocurre que el aislamiento obligatorio está dando motivos de sobra a la piel para rebelarse.
La alimentación es uno de los elementos más importantes para la salud de la piel, y un posible desabastecimiento de productos perecederos como frutas y verduras la altera. Si además le sumamos un aumento de la ingesta de alcohol, refrescos, harinas o ultraprocesados, la calidad nutricional que aportamos a nuestro cuerpo es bastante baja, lo que afecta la producción de andrógenos y altera la condición del acné.
Por otro lado, la incertidumbre, el miedo a ser contagiado, el no poder salir de casa, el estudio o la preocupación por el trabajo se traducen en estrés. El cuerpo reacciona al cortisol con un envejecimiento cutáneo acelerado y con brotes de acné, el cual aparece en forma de pápulas, nódulos o pústulas en las mejillas y alrededor de la boca sobre una base de descamación, según publicó 20 Minutos.
Otro de los motivos es no salir de casa. Estamos en la misma habitación, respirando el mismo aire, y si no ventilamos debidamente, esas partículas acabarán depositándose en nuestra piel, al igual que los compuestos generados por el tabaco, las velas o el incienso. También, la prohibición de salir a la calle limita la exposición solar y, lleva a una disminución de la vitamina D. Además, el sol es antiinflamatorio y seca los granos, algo que ahora está vedado.
Posibles soluciones
Las vitaminas que más ayudan contra el acné son la A, B, C y E, por lo que comer zanahoria, espinacas, brócoli, legumbres, salmón, huevos, lácteos enteros, pescado azul, kiwis, fresas o naranjas ayudarán a equilibrar la piel. Además, tenemos que lavarnos la cara todos los días con jabones o geles con un pH neutro y no saltarse el tónico, ya que ayuda a regularlo.
Se debe ventilar la casa, intentar que el estrés incida lo menos posible (la meditación ayuda y mucho) e intentar tomar sol en el balcón o patio al menos 10 minutos. Y un último consejo es no tocarse la cara, porque además de poder infectarse, puede también dañar a nuestra piel.