Más de 4.400 millones de personas provenientes de países de ingresos medios y bajos carecen del acceso a agua potable. A ello se suma que casi la mitad de la población de dichas regiones está afectada por contaminación fecal.
Una investigación proveniente del Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuáticas cuyos resultados fueron publicados en Science, concluyó que las estimaciones mundiales anteriores respecto de la disponibilidad de agua potable segura fueron "muy infravaloradas", sobre todo en el caso de algunas de las poblaciones más vulnerables. En este aspecto, se marca una urgente necesidad de realizar inversiones específicas para mejorar la vigilancia de la calidad del agua y las infraestructuras en estas regiones.
El acceso al agua potable es un derecho humano y es fundamental para la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, faltan datos sobre los servicios de agua potable gestionados de forma segura (SMDWS) para gran parte de la población mundial, especialmente información doméstica de los países de ingresos bajos y medios.
Los resultados
Al analizar distintos datos de encuestas de hogares y compararlos con datos mundiales de observación de la Tierra y técnicas de modelización geoespacial, los investigadores crearon mapas detallados del uso de los servicios de agua potable en 135 países de ingresos medios y bajos.
De esta forma, se descubrió que solo una de cada tres personas de estos países tenía acceso a agua potable gestionada de forma segura en 2020, es decir, unos 4.400 millones de personas en los países de renta media y baja. Esta cifra supone el doble de la estimación de 2.000 millones de personas en 2020 dada por el Programa de Monitoreo del Abastecimiento de Agua oficial de la ONU encargado de monitorear el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre el acceso al agua potable.
Además, los resultados indicaron que el uso de los servicios de agua potable en estos países está limitado principalmente por la contaminación fecal causada por la bacteria E. coli en la fuente primaria de agua potable, y que afecta a casi la mitad de la población de estas regiones. La detección de contaminación fecal en el agua potable es preocupante, ya que la ingestión de patógenos fecales es uno de los principales riesgos para la salud pública y causa de mortalidad infantil en todo el mundo.
Amenazas concretas a la seguridad del agua
En una Perspectiva publicada en la misma revista, desde la Universidad de Oxford (Reino Unido), comentaron que el estudio, basado en datos terrestres, aéreos y satelitales, junto a información procedente de encuestas de hogares, logra identificar los principales factores -incluida la contaminación fecal- que comprometen la seguridad del agua.
Desde allí indicaron que identificar esos factores puede ayudar a los responsables políticos a mejorar la gestión del agua potable y conseguir que el agua esté disponible a demanda, accesible en las instalaciones, y libre de contaminantes como la E. coli y de químicos como el arsénico y el flúor, porque garantizar un servicio de agua "es algo más que proporcionar su acceso".
Además, factores medioambientales como las altas temperaturas y la estacionalidad de las precipitaciones afectan negativamente a la gestión segura del agua potable, al igual que el uso del suelo, la vegetación y las situación de los acuíferos y reservas subterráneas de agua que "se enfrentan a amenazas sin precedentes".
Todos estos factores obligan a mejorar la calidad de los sistemas de vigilancia de datos para apoyar las prácticas y políticas destinadas a proporcionar servicios de agua potable "fiables y asequibles", a mejorar la financiación de infraestructuras y, sobre todo, a seguir estudiando cómo lograr una gestión segura de agua potable en las instalaciones públicas.
Fuente: SINC.