Desde que en Argentina rige el etiquetado frontal de alimentos, madres y padres se mostraron de acuerdo considerándolo útil ya que se disminuyó el consumo de productos con sellos en las y los más pequeños. Así lo afirmó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) junto a la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC).
El estudio
El estudio, titulado "Ley de Promoción de Alimentación Saludable: percepciones y experiencias de cuidadores de niños y niñas", fue aprobado por el comité de ética de investigación Iniciativa y Reflexión Bioética (IRB).
El propósito de este estudio fue "analizar el conocimiento, la comprensión, las percepciones y los comportamientos de los cuidadores de niños y niñas asociados a la regulación del etiquetado frontal".
Según el informe, procesado durante junio de 2023, "la doble carga de malnutrición caracterizada por la coexistencia de malnutrición por déficit (desnutrición y carencia de nutrientes) junto con malnutrición por exceso (sobrepeso, obesidad o enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta) representa uno de los retos más importantes en Argentina".
Decidir a partir de informarse
"Los sellos son útiles porque brindan información y promueven la toma de decisiones conscientes. Además, consideran que el etiquetado es visible, comprensible y claro", destacaron en el estudio de Unicef-FIC.
Quienes fueron entrevistados, personas pertenecientes al AMBA y de diversos niveles socioeconómicos, destacaron que cuentan con información nueva sobre productos que previamente consideraban saludables y que ahora "pueden conocer su verdadera composición nutricional".
Respecto de la utilidad de los sellos, los consultados valoraron positivamente "que se brinde información y que a partir de esta se pueda tomar una decisión informada no prohibiendo el acceso, sino que cada quien decide qué hacer con esa información".
También la consideraron útil porque "es especialmente relevante para poblaciones puntuales: las personas mayores, que no pueden leer la letra pequeña en los envases, y las personas con enfermedades como diabetes o hipertensión que poseen dietas donde se debe restringir el consumo de distintos alimentos".
La gran mayoría de los entrevistados señaló que la tabla nutricional les parecía muy pequeña y difícil de comprender. Al compararlos, mencionan que los sellos son más visibles, más comprensibles, que son un "resumen" de la tabla nutricional y que los puede comprender todo el mundo
Varios participantes señalaron la necesidad de saber cuánto exceso tiene cada producto, para de ese modo poder compararlos entre sí y tomar una decisión de compra. Esta "necesidad" se funda en la percepción de que "todo tiene sellos". Frente a esta situación, aparece la demanda de que se produzcan sustitutos sin sellos, agrega el informe.
Un patrón de consumo inadecuado
Diversos estudios vinculan la malnutrición con el patrón de consumo inadecuado, caracterizado por un alto consumo de ultraprocesados con contenido excesivo de grasas, sodio y azúcares y carentes de nutrientes esenciales.
Para dar respuesta a esta situación, en Argentina fue aprobada la Ley Nº 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable (PAS), una "medida clave para garantizar el derecho a la salud y a la alimentación adecuada de las infancias".
Esta ley contempla no solo el etiquetado frontal de advertencias, sino también la prohibición de la publicidad dirigida a niños, niñas y adolescentes (NNyA) y de la oferta de productos alimenticios con nutrientes críticos en exceso en los entornos escolares.
Resolver a partir de las propias posibilidades
Muchos entrevistados comentaron que buscan productos que sean baratos y, dentro de lo posible, sanos; empero, el precio en muchas ocasiones se antepone a la calidad nutricional, salvo para algunos participantes de nivel socioeconómico alto. Algunos entrevistados mencionaron que dejaron de consumir ciertos productos porque, luego de la implementación de la ley, vieron que tenían sellos.
En tanto, muchos de los consultados encontraron alternativas a los productos con sellos en "lo casero", pero consideran una desventaja su tiempo de elaboración, frente a la facilidad para conseguir, preparar y consumir los alimentos ultraprocesados, que suelen ser "adictivos".
Por otra parte, la mayoría afirmó que los productos saludables son más caros, como frutas y verduras, carnes, leches, vegetales, y harinas integrales, entre otros.
Fuente: Télam.