Lo más común cuando uno se corta es lavar la herida para evitar una infección y taparla con un apósito. Sin embargo esta última barrera no se activa en el proceso para que sane mejor. Es por eso que investigadores norteamericanos diseñaron un nuevo sistema basado en hidrogeles que aceleran la cicatrización.
“Estas nuevas 'tiritas' pueden cerrar heridas significativamente más rápido que otros métodos y prevenir el crecimiento bacteriano sin necesidad de ningún dispositivo o estímulo adicional”, indicó David Mooney, uno de los líderes del proyecto llevado adelante por el Instituto Wyss de Ingeniería de Inspiración Biológica de la Universidad de Harvard.
Remarcó que estos adhesivos activos, a los que denominaron AAD, sirven no solo para lesiones cutáneas, sino también para heridas crónicas, como las úlceras diabéticas, y como componentes de dispositivos para la administración de medicamentos.
Para eso se basan en embriones en desarrollo, cuya piel es capaz de curarse por completo, sin formar tejido cicatricial. Para lograrlo, “las células cutáneas embrionarias alrededor de una herida producen fibras hechas de la proteína actina que se contraen para unir los bordes de la herida, como una bolsa de cordones que se cierran. Las células de la piel pierden esta capacidad una vez que el feto se desarrolla después de cierta edad, y cualquier lesión que ocurra después de ese momento causa inflamación y cicatrización durante el proceso de curación”, indicó y consignó la agencia Sinc.
Con el fin de imitar estas fuerzas contráctiles, ampliaron el diseño de los hidrogeles y añadieron un polímero termorresistente conocido como PNIPAm, que repele el agua y se contrae a unos 33 ºC. Además, se han incorporado nanopartículas de plata para proporcionar protección antimicrobiana. Las pruebas en cerdos y ratones dieron como resultado que la tirita se unió a la piel con una fuerza diez veces superior a la normal, limitando el crecimiento de bacterias y se achicando el tamaño de herida en un 45%.