Una empresa de biotecnología nacional comenzó a producir anticuerpos monoclonales mediante el cultivo de células de ovario de hamster chino (células CHO) en un laboratorio suizo. Estos anticuerpos son proteínas que pueden utilizarse para diagnóstico clínico, tratamiento de enfermedades autoinmunes e infecciosas y cáncer, o aplicaciones industriales y de investigación.

Esto fue informado durante una conferencia organizada por el Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico Empresarial de la Argentina (IUDPT) donde disertaron Federico D’Alvia Vegh, cofundador y director de operaciones de la empresa biotecnológica Stämm, y Manuel Del Cogliano, director científico de la compañía cuyas sedes centrales y de investigación y desarrollo se encuentran en el barrio porteño de Retiro.

En este aspecto, los expertos confirmaron que se inició la producción de estos anticuerpos monoclonales y aseguraron que se lograron "cinco veces más concentración del anticuerpo" en comparación con los métodos convencionales de producción. Esto se debe, según explicaron, al desarrollo tecnológico de microfluídica laminar inspirado en redes microvasculares de la naturaleza, como las del cuerpo humano o las plantas, que optimizan la eficiencia.

La empresa de biotecnología desarrolló a su vez un bioprocesador "del tamaño de una heladera de doble puerta" con capacidad de reducir hasta 400 veces las instalaciones necesarias para lograr el mismo flujo productivo de cultivo de cualquier célula o microorganismo. 

El desarrollo, que incluye nueve patentes, está compuesto por dos dispositivos: el Cell line on-a-Chip, que proporciona un flujo constante de células disponibles para inocular continuamente el sistema, y el Bubble-Free-Biorreactor, un microbiorreactor 3D creado mediante fabricación aditiva con tintas permeables al gas, herméticas al agua y biocompatibles, que está formado por cientos de canales de 120 micrones de diámetro, los que mantienen las células en un flujo laminar continuo y unidireccional.

Elegimos los anticuerpos monoclonales para salir al mercado, porque se trata de productos de bajo volumen, alto valor y muy complejos de producir, debido a las regulaciones. Como el bioprocesador está pensado de forma modular y como un modelo ‘as a service’, nuestra visión es que permita desbloquear, en diez años, el acceso a la medicina personalizada para cada paciente en cada hospital”, anticiparon.

No obstante, del mismo modo que ya fabrican anticuerpos monoclonales, están en condiciones de escalar la producción de cualquier célula, según especificaron: “De esta manera, somos hoy el único agente de cambio capaz de desbloquear una economía de 2 billones (millones de millones) de dólares, ya que el 60% de los consumibles podrían ser cultivados en un bioproceso, según un reporte de McKinsey”.

 

Fuente: NA.