La sensación de falta de sentido en la propia vida y de pocas oportunidades de crecimiento personal en la vejez, puede preceder al desarrollo del Deterioro Cognitivo Leve (DCL). El mismo, a su vez, es un precursor frecuente de la demencia. Estos hallazgos fueron publicados en Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry.

Según la investigación, estos aspectos del bienestar psicológico disminuyen de forma notoria entre 2 y 6 años antes de que se diagnostique el DCL, incluso en ausencia de signos evidentes y con independencia de que los afectados desarrollen demencia.

Bienestar psicológico y envejecimiento cerebral

Cada vez existen más pruebas que vinculan al bienestar psicológico con el envejecimiento cerebral, incluido el desarrollo de demencia. Sin embargo, la mayoría de publicaciones hace foco en el sentido del propósito, sin tener en cuenta el resto de aspectos del bienestar.

Entre los mismos se encuentran la autoaceptación, autonomía, sentirse capaz de gestionar el entorno inmediato, contar con vínculos significativos y el crecimiento personal. En este aspecto, los investigadores estudiaron los cambios en el bienestar psicológico antes y después de diagnosticarse DCL, así como demencia en 910 ancianos cognitivamente intactos con una edad media de 79 años.

Al realizarse un seguimiento de 14 años, se descubrió que el 29% desarrolló DCL y, de ellos, el 39% desarrolló demencia. El análisis final cuenta con 229 participantes con datos completos del antes y el después.

Un menor bienestar psicológico

En comparación con quienes permanecieron cognitivamente intactos, quienes desarrollaron DCL tenían más probabilidades de ser mayores, pesar menos y contar con niveles más bajos de síntomas depresivos y bienestar psicológico. Además, quienes desarrollaron demencia tenían más probabilidades de ser mayores, mujeres, portadores del gen vinculado a la demencia (APOE e4) y contar con un menor nivel de bienestar psicológico.

Al tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la edad, la enfermedad vascular y sus factores de riesgo, el estilo de vida, las actividades sociales y sentimientos de soledad, quienes desarrollaron DCL experimentaron un declive mayor del bienestar psicológico hasta llegar a un nivel inferior 2 años antes del diagnóstico.

En particular, estas personas contaban con niveles más bajos de propósito en la vida y crecimiento personal, desde 3 y 6 años respectivamente antes de su diagnóstico. Además, la velocidad de declive del bienestar psicológico fue similar antes y después del diagnóstico para cada componente, salvo para las conexiones significativas con el entorno que declinaron rápidamente después.

Asimismo, las trayectorias de bienestar fueron similares para todos los que padecían DCL, independientemente si después desarrollaron demencia. Esto llevó a concluir que los hallazgos indicaban que "la reducción del bienestar psicológico, incluso sin deterioro cognitivo aparente, puede ser un predictor de trastornos de demencia posteriores".

Al tratarse de un estudio observacional, no se pudieron extraer conclusiones firmes a modo de causa-efecto. Además, los participantes contaban con un buen nivel educativo, lo que podría generar un sesgo de selección. Por otra parte, la mayoría eran blancos y mujeres, lo que podría limitar la generalizabilidad de los resultados.

Fuente: Europa Press.