Desde 1990, la esperanza de vida a nivel mundial aumentó 6,2 años. El dato proviene de un reciente estudio, GBD 2021, publicado en The Lancet que sostiene que durante estas últimas tres décadas, la reducción de las muertes provocadas por las principales causas de muerte generó este progreso. Entre las mismas se encontraban la diarrea, infecciones de vías respiratorias inferiores, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía isquémica.
Sin embargo y tras la aparición de la pandemia por Covid-19, el progreso sufrió algunas modificaciones en ciertas partes del mundo. De todos modos, el impacto no fue significativo en cuanto a la esperanza de vida en general.
Covid-19 y esperanza de vida
A pesar de estos nuevos desafíos que comenzaron a aparecer a fines de 2019 y comienzos de 2020, la superregión del Sudeste Asiático, Asia Oriental y Oceanía vivieron el mayor aumento neto de esperanza de vida entre 1990 y 2021 (8,3 años). La sólida gestión durante la pandemia hizo que estos logros se preserven en dichas zonas del mundo. En este aspecto, el sur de Asia tuvo el segundo mayor aumento neto de esperanza de vida en las superregiones entre 1990 y 2021 (7,8 años).
En gran parte del resto del mundo, la Covid-19 alteró las principales causas de muerte por primera vez en 30 años. De hecho, desplazó al accidente cerebrovascular para convertirse así en la segunda causa de muerte a nivel global. América Latina, el Caribe y África subsahariana fueron las zonas donde más cantidad de años de esperanza de vida se perdieron por este virus en 2021.
"Vemos logros monumentales de los países en la prevención de muertes por diarrea y accidentes cerebrovasculares, al mismo tiempo que sí podemos ver zonas en donde la pandemia por Covid-19 generó un retroceso", explicaron desde el estudio.
Un mayor control de las típicas causas de muerte
El estudio en cuestión mide la mortalidad por causa de muerte y años de vida perdidos a nivel global, regional, nacional y subnacional. Así, el análisis logra vincular causas específicas de muerte con cambios en la esperanza de vida.
Estos datos no sólo arrojan luz sobre las enfermedades que impulsaron aumentos o disminuciones de la esperanza de vida, sino que se analiza cómo los patrones de enfermedades cambiaron entre los distintos lugares a lo largo del tiempo, brindando así una oportunidad para profundizar la comprensión en la reducción de la mortalidad y las estrategias que podrían revelar áreas en donde se implementaron intervenciones exitosas de salud pública.
En este aspecto, GBD 2021 destaca los lugares con grandes avances en prevención de muerte por enfermedades y lesiones importantes; así como también se visualiza cómo algunas de las enfermedades más graves se concentran en determinados lugares pudiendo mejorar así la intervención específica.
Sobre ello, en 2021, las muertes por enfermedades entéricas se concentraron principalmente en África subsahariana y Asia meridional. Sobre la malaria, los investigadores encontraron que el 90% de las muertes ocurrieron en un área habitada por el 12% de la población mundial entre África subsahariana occidental y Mozambique, pasando por África central.
"Sabemos cómo evitar que los niños mueran por enfermedades entéricas, ahora debemos centrarnos en prevenir y tratar estas enfermedades, fortalecer y ampliar los programas de inmunización y desarrollar vacunas nuevas contra E. coli, norovirus y Shigella", expresaron.
Las nuevas enfermedades
Si bien ya hay nuevos conocimientos sobre Covid-19, el nuevo foco mundial se centra en la crecida de enfermedades no transmisibles como diabetes o enfermedades renales que están en aumento a nivel mundial. Sobre ello, además, se visualiza una desigualdad en países de altos y bajos ingresos respecto del alcance para un abordaje adecuado de estas patologías.
"La comunidad mundial debe garantizar que las herramientas que salvan vidas y redujeron muertes por distintas patologías en la mayoría de países de altos ingresos, también estén disponibles para las personas en todo el mundo", concluyeron.
Fuente: Europa Press.