Padecer algún trastorno ligado a la salud mental suele conllevar dos tipos de estigma. Por una parte, el social, en donde se genera un cierto rechazo por estereotipos negativos ligados a diferentes cuadros. Por la otra, el autoestigma, en donde las personas se creen responsables por lo que les ocurre y se añade culpa y temor por no poder solucionarlo.

En este último caso, además, las y los expertos señalan que las personas recurren a una especie de autodiscriminación. Se aprueba lo que socialmente se cree, asumiendo una propia etiqueta y estereotipo. Apropiarse del estereotipo negativo hace que se sienta aún más culpa, vergüenza, y esto genera una peor adherencia al tratamiento. Por ende, una peor calidad de vida.

Estereotipos negativos en salud mental

Desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), señalan que 1 de cada 4 personas contará con alguna problemática en salud mental en algún momento de su vida. A nivel mundial, 450 millones de personas se verán afectadas.

Por tanto, desmitificar las falsas creencias es una ardua tarea que debe comprometer a toda la sociedad. En este aspecto, quitar el estigma de la violencia o agresión, así como también de la necesidad plena de la institucionalización de una persona con algún trastorno del estilo, deben concretarse. Esto es debido a que cada persona es diferente y por ende llevará adelante de manera singular el proceso que encare, el cual se caracterizará por tratamientos acordes a la necesidad de cada individuo.

Por otra parte, quitar la culpabilidad de padecer un trastorno. Cada uno es de origen multifactorial, cuenta con una vulnerabilidad genética diferente y alteraciones neurobiológicas sumadas a factores ambientales. Esa combinación será la que determine la existencia de un trastorno y la forma particular de procesarlo.

Esto se traduce, según la SEPSM, en que alguien "con mucha carga genética y poco estrés ambiental" tal vez no genera el trastorno, o por el contrario, alguien con poca carga y mucho estrés ambiental sí lo haga. "Es decir que es un conjunto de factores lo que va a determinar la aparición de los trastornos mentales", insistieron.

No son tratables: falsa creencia

Que un trastorno en salud mental es intratable o no se puede recuperar una buena calidad de vida, es otro de los mitos que ahonda en el estigma. Y mito derribado: el 80% puede remitir y conseguir la recuperación funcional con el tratamiento adecuado.

En este sentido, señalaron que es cierto que muchas personas tienen tratamiento de por vida o a largo plazo pero, sucede igual que aquellas que tienen diabetes, hipertensión o alguna cardiopatía. "Eso no hace que no puedan tener una funcionalidad. Hay personas con trastorno mental que pueden ser ingenieros de telecomunicaciones, médicos o abogados o tener cualquier tipo de profesión", aclararon.

Sin embargo, en muchos casos no se busca la ayuda pertinente por el estigma que, según la SEPSM, tienen los psiquiatras. Según la misma, la sociedad ve a estos profesionales como "personas que van a dar unos tratamientos que duermen, que crean adicción y tienen unas prácticas casi psicopáticas", cuando, lógicamente, no es así.

El trabajo y la integración

Entre las falsas creencias más habituales está también la de que las personas con trastorno mental no pueden trabajar, cuando es todo lo contrario, es decir, el objetivo del tratamiento es la integración y recuperación funcional de la persona.

Que se incorpore al mercado laboral, un campo donde aún queda una gran labor, tal y como señalaron los expertos. Insistieron en que la persona con un trastorno en su salud mental tiene, además, muchas más cosas la definen: "es artista, padre, madre, puede ser confiable, exitoso, ingenioso, un trabajador…", y todas las características que la propia persona desee.

Y en este punto, aseguraron que "una de las cosas buenas que ha traído la pandemia" es que, a raíz de hablar de salud mental, muchas personas exitosas han dicho que padecían un trastorno. Por todo ello, consideraron que una imagen más humanizada de padecer un trastorno mental es algo "prioritario" porque puede ayudar a garantizar una adecuada atención, así como la protección de los derechos y tener una mejor calidad de vida.

 

Fuente: EFE.