La sigla "FOMO" ya no resulta tan extraña entre las y los jóvenes, sobre todo en redes sociales. La ansiedad que genera el temor a no estar presente constantemente en planes que puedan ser socialmente atractivos es lo que se resume en esta construcción de habla inglesa denominada fear of missing out (miedo a perderse).
Las y los expertos señalan que se trata de la punta de un iceberg de un problema mayor de base. Esta especie de fobia "a no estar constantemente conectados con los demás y que los demás no estén constantemente conectados conmigo y con lo que yo hago", es una reiteración en distintas consultas de espacios de salud mental, tal como refieren las y los profesionales.
FOMO, un padecimiento que crece
Si bien se trata de una cuestión que de alguna u otra forma siempre existió, el uso constante de las redes sociales que muestran un exceso de imágenes de gente feliz compartiendo momentos, hace que esto se exacerbe.
La necesidad por compartir todas las vivencias "atractivas" estuvo siempre, solo que anteriormente la gente solía reunirse para ver en conjunto álbumes de fotos o videos, pero el peso de las redes sociales, la inmediatez y lo efímero, ponen "en bandeja" constantemente estas situaciones incluso sin solicitarlas.
Por otra parte, los profesionales coinciden en que no existe un perfil predeterminado de persona susceptible a tener FOMO pero sí hay un rango de edad más vulnerable. Según distintas investigaciones empieza a aparecer principalmente alrededor de los 15 años o incluso antes por la irrupción de redes como Tik Tok, que cada vez están más adaptadas a la preadolescencia.
De hecho, incide en que las nuevas generaciones cada vez contactan antes con dispositivos como tablets, incluso se comercializan adaptadas a la infancia y hay plataformas que crean gran contenido digital para el pequeño público donde ya pueden conectarse unos con otros. Las investigaciones señalan que de 15 a 19 años es cuando tienen su pico y luego empieza a descender en torno a los 32 o 33 años.
Asimismo, aquellas personas con la autoestima un poco más baja o que su valía se apoya mucho en el refuerzo social, son más tendentes a padecerlo.
Por otra parte, la constante búsqueda de placer y el evitar todo lo que genere un mínimo de frustración, también conlleva a padecer FOMO a raíz de estar reiteradamente mostrando y mostrándose la felicidad como una situación inamovible.
Síntomas
Las personas que padecen FOMO sienten una ansiedad generalizada, están siempre en hiperalerta, a lo que se une una ansiedad más social.
Y el estar todo el tiempo con una rumiación mental sobre los planes a los que ir y elegir finalmente uno, tampoco da descanso sino todo lo contrario. Puede resultar agotador al estar pensando en lo que se está perdiendo y tratando de ver en las redes lo que ocurre.
Cómo superarlo
En primera medida, se debe evaluar particularmente a la persona y actuar según cada caso. Sin embargo, de forma general, hay que trabajar en la creación de una autoestima más firme y saludable, que no esté conectada con la aprobación externa sino con los propios valores.
Pero también ahondar en tomar decisiones sin el proceso de rumiación obsesiva y asumiendo que las decisiones o elecciones implican dejar cosas de lado y tienen sus costos. Incidir en que hay que vivir el momento y no lo que se podría estar viviendo si se hubiese tomado otra decisión.
Ante cualquier duda o consulta, se recomienda dirigirse a un espacio de psicología.
Fuente: EFE Salud.