La cepa del virus del resfrío común ataca, infecta y destruye las células cancerosas en pacientes con cáncer de vejiga, según un estudio británico que no encontró restos de esta enfermedad después de este tipo de tratamiento.
Investigadores de la Universidad de Surrey y del Hospital del Condado de Royal Surrey (Reino Unido) investigaron la seguridad y la tolerabilidad de la exposición al coxsackievirus oncolítico (CVA21), una cepa natural del resfrío común, en quince pacientes con cáncer vesical no muscular invasivo, que se encuentra en el tejido de la superficie interna de la vejiga.
La elección de esta variedad oncólogica responde a la necesidad de buscar una alternativa a los tratamientos actuales, que resultan bastante problemáticos por su alta tasa de recurrencia, según publicó la revista médica Clinical Cancer Research y reprodujo 20 Minutos.
Durante este estudio pionero, los quince pacientes recibieron CVA21 a través de un catéter en la vejiga una semana antes de la cirugía programada para extirpar sus tumores. El examen de muestras de tejido después de la cirugía descubrió que el virus era altamente selectivo, se dirigía solo a las células cancerosas del órgano y dejaba todas las demás células intactas. Se encontró que el virus tenía células cancerosas infectadas y se replicó a sí mismo causando que estas se rompieran y murieran.
Esto fue corroborado por las muestras de orina, en las que se detectó que una vez que las células cancerosas infectadas murieron, el virus recién replicado continuó atacando más células cancerosas en el órgano. Normalmente, los tumores en la vejiga no tienen células inmunitarias, lo que impide que el propio sistema inmunitario del paciente elimine el cáncer a medida que crece. La evidencia sugiere que el tratamiento con CVA21 inflama el tumor y hace que las células inmunitarias se precipiten al entorno del cáncer, atacando y matando a las células cancerosas.
“El coxsackievirus podría ayudar a revolucionar el tratamiento para este tipo de cáncer. La reducción de la carga tumoral y el aumento de la muerte de las células cancerosas se observó en todos los pacientes y eliminó todo rastro de la enfermedad en un paciente después de solo una semana de tratamiento, lo que demuestra su eficacia potencial”, dijo Hardev Pandha, investigador principal del estudio y profesor de oncología médica en la Universidad de Surrey y agregó que no se observaron efectos secundarios.