Cada 26 de marzo se conmemora el Día Mundial para la Concientización de la Epilepsia. La misma busca profundizar en la reflexión sobre esta condición cerebral crónica que se caracteriza por convulsiones a repetición y puede aparecer en cualquier momento de la vida. Se trata de una enfermedad provocada por un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas.
La creación del Día Mundial para la Concientización de la Epilepsia o Día Púrpura en el año 2008 fue gracias a la iniciativa de Cassidy Megan, motivada por su propia lucha contra la epilepsia. La principal finalidad fue la de apoyar a las personas con epilepsia y derrumbar los mitos en torno a esta enfermedad.
El Día Púrpura o Purple Day cuenta con el apoyo de diversas organizaciones a nivel mundial para promover acciones de concientización sobre la epilepsia, tales como la Asociación de Epilepsia de The Maritimes y The Anita Kaufmann Foundation. Asimismo, participan escuelas, empresas y personalidades de todo el mundo.
Crisis epilépticas
Las crisis epilépticas suelen manifestarse por primera vez entre los 5 y 20 años. A su vez, existe una mayor probabilidad de convulsiones en adultos mayores de 60 años. A pesar de estas estadísticas, las convulsiones epilépticas pueden suceder a cualquier edad. Incluso puede haber, o no, un antecedente familiar de convulsiones o epilepsia.
Actualmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad afecta a 50 millones de personas en todo el mundo y puede darse por diferentes causas, como la genética por lesiones o infecciones cerebrales. El 70% de los pacientes puede tener una vida plena con el tratamiento adecuado. El 30% de las personas que no responden a las terapias con fármacos pueden recibir otros tratamientos, como la dieta cetogénica, que no solo disminuye los episodios, sino que ayuda a mejorar el sueño y la calidad de vida.
Cuando una persona sufre una convulsión:
-Tiene contracción muscular involuntaria en todo el cuerpo.
-Pierde el conocimiento.
-Puede perder el control de esfínteres.
-Tiene una fuerte contractura en la mandíbula.
-Puede salirle espuma por la boca y/o hasta un poco de sangre.
Para diagnosticar esta enfermedad es necesario: realizar la consulta médica y los estudios indicados ante cualquier manifestación similar o sospecha.