Cada 12 de marzo se conmemora el Día Mundial del Glaucoma, como iniciativa entre la Asociación Mundial del Glaucoma y la Asociación Mundial de Pacientes con Glaucoma. A su vez, en distintas partes del mundo también se realizan acciones desde el 10 al 16 de marzo englobando la semana completa, llamada Semana Mundial del Glaucoma.

La finalidad de esta conmemoración radica en que pacientes, oftalmólogos y profesionales médicos se unan en pos de concientizar sobre esta enfermedad que causa ceguera, que a su vez puede prevenirse y requiere de un diagnóstico temprano para un tratamiento acorde y a tiempo. Se estima que 78 millones de personas viven actualmente con glaucoma en todo el mundo. 

Reconocerse como enfermedad neurodegenerativa

Entre las distintas luchas, un grupo de expertos sugiere comprender que, a partir de que el glaucoma es un grupo de enfermedades cuyo punto en común es la degeneración del nervio óptico, pueda concebirse entonces como neurodegenerativa.

A grandes rasgos, lo que sucede es que la presión ocular aumenta cuando el equilibrio entre la producción y drenaje del líquido interno del ojo se ve afectado (por exceso de líquido o inadecuada capacidad de drenaje) impactando en distintas estructuras neuronales y mecánicas del ojo. En este aspecto, los tratamientos buscan normalizar la presión ocular.

Sin embargo, el glaucoma tiene otra vertiente, que es la pérdida visual por la afectación del nervio óptico. El factor más importante de afectación es la presión intraocular. No obstante, existen otros factores que inciden en la degeneración neuronal, por ejemplo, enfermedades asociadas, como la diabetes o la miopía magna, tratamientos con determinados medicamentos que suben a su vez la presión intraocular, la predisposición genética a padecer glaucoma, la hipertensión arterial y en ciertos tipos de glaucoma, la edad.

Un diagnóstico precoz

Cuanto más precoz sea el diagnóstico, más posibilidades hay de evitar una gran pérdida visual, y por eso, la intención de las distintas campañas radica en luchar contra las consecuencias de una patología que puede ir mermando la vista poco a poco hasta llegar a una deficiencia visual muy grande o incluso a la ceguera.

La sensación de ansiedad o incertidumbre que el paciente empieza a experimentar afecta a muchos ámbitos de la vida, al familiar, al social y laboral, surgen los problemas de movilidad, y la ansiedad porque esa enfermedad no avance.

Por ende, las y los expertos sugieren realizarse controles anuales o con la frecuencia recomendada por el oftalmólogo de confianza para chequear el estado de la presión ocular, debido a que la misma resulta asintomática en sus estadios más tempranos.

Tratamientos

Los tratamientos más efectivos se basan en bajar la presión intraocular, pero el objetivo de estos tratamientos es evitar la degeneración neuronal. Además, es importante destacar que la visión perdida por glaucoma no se logra recuperar.

Por ello, el hincapié se realiza en el diagnóstico precoz para que los tratamientos sean realmente efectivos y la visión se encuentre lo menos afectada posible.

 

Fuente: EFE.