La SAP recordó, en un comunicado, que en los primeros 6 meses de vida el niño o niña debe recibir 11 vacunas que lo protegerán contra la tuberculosis, hepatitis B, meningitis por neumococo, difteria, tos convulsa, tétanos, meningitis por Haemophilus influenzae tipo b, polio, infección grave por rotavirus, influenza (gripe) y enfermedad por meningococo.
La infectóloga pediatra Elizabeth Bogdanowicz señaló que “los recién nacidos dejan las maternidades habiendo recibido las 2 vacunas correspondientes (BCG y Hepatitis B) y un gran número no está regresando por las otras 9”.
“El miedo al contagio por Covid-19, la falta de acceso al trasporte público y otras circunstancias están atentando con el cumplimiento del calendario de vacunas”, dijo Bogdanowicz, miembro del Comité de Infectología de la SAP.
La institución resaltó que “dicha inmunidad es lo que le permitirá interactuar sin riesgos o con un riesgo disminuido en futuras actividades escolares, guarderías, en los juegos en la plaza o en reuniones familiares”.
“Además, al estar protegido y evitar la circulación del agente infeccioso, indirectamente también estará resguardando a otros niños y adultos mayores que por diferentes razones no pudieron vacunarse, contribuyendo a generar la inmunidad de rebaño, término con el que se ha familiarizado la comunidad en los últimos meses”, sostuvo.
Por su parte, Carlota Russ, médica infectóloga y representante de la SAP ante la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), alertó que “muchos de los chicos nacidos en pandemia no salen de su casa, lo que significa que tampoco se hacen los controles mensuales y no se aplican las vacunas”.
“Los padres, a causa de la cuarentena, sólo consultan con el pediatra (generalmente por telemedicina) si los chicos tienen algún síntoma, pero están difiriendo la vacunación y esto hace que se acumulen las dosis a recibir”, dijo.
Russ indicó que “esto sucede en momentos en que no hay ningún faltante de vacunas. Incluso desde las autoridades sanitarias se promueve la inmunización ampliando la disponibilidad de lugares abiertos e incentivando a los padres a concurrir a los vacunatorios oficiales y a los centros de salud y hospitales”.
Por otro lado, la SAP insistió “en que los hospitales y centros médicos de atención son sitios seguros, en los que se cumplen con los protocolos de seguridad para minimizar las posibilidades de contagio del coronavirus SARS-Cov-2, protegiendo tanto a los pacientes y sus familiares como a todo el personal de salud involucrado en la consulta”.
De acuerdo a un trabajo llevado a cabo en el mes de mayo de este año por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) un 22% de los hogares demoró la vacunación de sus niños por efecto de la cuarentena, y 4 de cada 10 postergaron el control de salud de al menos uno de los niños y niñas del hogar.