Luego de realizarse 17 análisis diferentes en todo el mundo, se llegó a la conclusión de que hay que caminar al menos 3967 pasos al día se asocia a la reducción del riesgo de muerte en general. Y, además, que 2337 pasos al día se asocian a la dismiución del riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares.
Las conclusiones
A través de la dirección del cardiólogo Maciej Banach de la Universidad de Lodz (Polonia), se examinó la actividad física de 226.889 personas, hombres y mujeres, de distintas edades. La edad media fue de 64 años.
Allí se constató que el riesgo de morir por cualquier causa, incluyendo enfermedades cardiovasculares, disminuye significativamente cada vez que se adicionan entre 500 y 1000 pasos por día. A su vez, aumentar 1000 pasos diarios se asoció a la reducción del 15% de riesgo de morir por cualquier causa, y por aquellas ligadas al corazón y circulación sanguínea.
Hasta el momento no se conocía el número óptimo de pasos, tanto a lo que se refiere a puntos de corte a partir de los cuales empiezan a verse beneficios, como así tampoco al límite superior en caso de haberlo. Tras estos estudios se conoció este número de pasos mínimo y se realizó un recuento hasta 20.000 pasos al día pero dicho tope continúa investigándose.
El sedentarismo
Existen pruebas fehacientes de que un estilo de vida sedentario puede contribuir a un aumento de las enfermedades cardiovasculares y a una vida más corta. Los estudios han demostrado que la actividad física insuficiente afecta a más de una cuarta parte de la población mundial.
Hay más mujeres que hombres (32% frente a 23%), y la población de los países con ingresos más altos en comparación con la de los países con ingresos bajos (37% frente a 16%) que "no se mueven" lo suficiente.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la falta de actividad física es la cuarta causa de muerte más frecuente en el mundo, con 3,2 millones de decesos al año relacionados con el sedentarismo. La pandemia de Covid-19 también provocó una reducción de la actividad física, y los niveles de actividad no se han recuperado, dos años después de la misma.
Cambios en el estilo de vida
Este metaanálisis ha conseguido analizar, asimismo, si existen diferencias en función de la edad, el sexo o el lugar del mundo en el que se vive, en base a un seguimiento de los participantes durante un tiempo promedio de siete años. Cabe señalar que la edad media era de 64 años y el 49% de los participantes eran mujeres.
En los adultos mayores, se observó una reducción del riesgo del 42% en los que caminaban entre 6000 y 10.000 pasos al día, mientras que en los adultos más jóvenes que caminaban entre 7000 y 13.000 pasos al día se observó una reducción del riesgo del 49%.
Aun resta investigarse si estos beneficios pueden existir para tipos intensos de esfuerzo, como correr maratones, y en diferentes poblaciones de distintas edades y con diversos problemas de salud asociados.
Limitaciones del estudio
Los autores recuerdan que se trata de un estudio observacional, por lo que no puede demostrar que el aumento del número de pasos cause la reducción del riesgo de muerte, sino solamente que esta actividad está "asociada" a esa disminución.
Por último, el impacto del recuento de pasos no se comprobó en personas con distintas enfermedades, ya que, en general, todos los participantes estaban sanos cuando entraron en los estudios. Tampoco se tuvieron en cuenta diferencias de raza y nivel socioeconómico, ni los métodos para contar los pasos, que pueden no haber sido idénticos en todos los estudios incluidos en este metaanálisis.