Después de 10 meses fuera de la gestión nacional, tras su salida del ministerio de Defensa, Agustín Rossi se prepara para volver al Ejecutivo, ahora como interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). En contacto con Radio 2, sostuvo que continuará con la impronta de “profesionalización” y “transparencia” de Graciela Caamaño, cuya intervención termina este lunes, pero con una mirada especial sobre el escenario internacional y los recursos naturales argentinos. La interna del Frente de Todos, la salida de Matías Kulfas del ministerio de Desarrollo Productivo y “la lapicera”.
“¿Qué es la producción de inteligencia? Brindarle al decisor la mayor cantidad de información elaborada para que el margen de error que siempre existe en cualquier toma de decisiones, sea el mínimo posible. Y eso tiene una amplitud enorme”, explicó Rossi, en contacto con Radiópolis, y enfatizó: “Información alejada absolutamente de lo que hemos llamado la incursión de la Agencia en los sótanos de la democracia haciendo espionaje ilegal donde no tenía absolutamente nada que ver”.
En tal sentido, Rossi sostuvo que tiene "una mirada especial sobre lo que significa el reacomodamiento en el mundo que se está viviendo a partir de la invasión de Rusia a Ucrania, sobre la cuestión energética, la preservación de nuestros recursos naturales, la pescadería ilegal”.
Sobre la implicancia política de su regreso al gabinete, en medio de la tensa puja al interior del Frente de Todos (FdT), Rossi señaló que el presidente “siempre me trasmitía que me quería cerca en el sentido político del término” y, sobre algunas lecturas que ven los cambios de nombres en desmedro del “albertismo”, advirtió que “el 80 por ciento de los funcionarios, son funcionarios que ha decidido el presidente y la mayoría no tiene otra terminal política que la del presidente, es lógico que se produzcan (cambios) en ese sentido”.
“Nuestro espacio político tiene desde febrero, con la renuncia de Máximo (Kirchner) y las negociaciones con el Fondo (Monetario Internacional), un escalamiento de tensiones por las diferencias al interior de la coalición”, reconoció, pero destacó que el acto por el centenario de YPF fue una muestra “que esas tensiones empiezan a desescalar”. “Parece que las diferencias han encontrado un ámbito mas dialogado”, observó y minimizó la ausencia en el acto de Máximo y Sergio Massa, e incluso también la referencia de la lapicera que hizo Cristina a modo de llamado de atención al presidente.
“El debate en algún momento tiene que mostrar una síntesis, si no la encuentra, hay que aprender a convivir con las diferencias y para mi eso se mostró en los 100 años de YPF. El camino de no encontrar la síntesis en el marco de la coalición es convivir respetuosamente y fortalecer la gestión, que es lo que nos piden todos los argentinos”, cerró.