El gobernador electo de Mendoza, Rodolfo Suárez, destacó la importancia de su victoria para el gobierno nacional. Dijo que si el resultado hubiera sido al revés, y el Frente de Todos se quedaba con la provincia, hubiera sido “un mazazo” para Juntos por el Cambio. Y sostuvo que fue una buena decisión separar los comicios provinciales de los nacionales.
“Fue un poco de oxígeno”, reconoció Suárez, en contacto con el programa A diario (Radio 2). El intendente de la capital mendocina asumirá el próximo 10 de diciembre las riendas de la provincia con un amplio apoyo popular. Obtuvo casi el 50 por ciento de los votos y le sacó unos 15 puntos de distancia a su rival kirchnerista, Anabel Férnandez Sagasti. Desde 1991 nadie había llegado a la Casa de Gobierno con esa diferencia.
“El radicalismo de Mendoza quedó fortalecido. Queremos contagiarlo al resto del país”, dijo Suárez que además, preside la Unión Cívica Radical mendocina y que recibirá el mando del gobernador Alfredo Cornejo que a su vez encabeza la UCR a nivel nacional.
Con el resultado de Mendoza, se reafirma la tendencia que comenzó este año con Neuquén y se ratificó en Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Córdoba, entre otras provincias: la capacidad de los oficialismos de retener los gobiernos de sus distritos. Las excepciones hasta ahora fueron Santa Fe y Tierra del Fuego. Y, si se repite el resultado de las Paso, se sumaría Buenos Aires, donde María Eugenia Vidal podría perder la gobernación.