En medio de una inesperada escalada de la tensión interna, los líderes del PRO intentarán superar en el almuerzo de este martes la polémica por el operativo del gobierno porteño ante el departamento de Cristina Kirchner, que fue criticado por Patricia Bullrich y cuya actitud fue calificada por los larretistas de “funcional al kirchnerismo”.
Aunque estuvo en contacto telefónico con Larreta y con Bullrich, Mauricio Macri hasta ahora no intervino para pacificar la fuerza política que fundó. “Mauricio cree que Horacio y Patricia son dos candidatos presidenciales del PRO, que tienen posturas diferentes y que deben tratarse con respeto”, sostuvo a Infobae un dirigente que pasa muchas horas al lado del ex mandatario.
Durante la mañana hubo versiones acerca de una reunión de urgencia entre Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich para bajar el tono del enfrentamiento, pero desde uno y otro sector desmintieron ese contacto y confirmaron que todos se verán las caras durante el almuerzo del partido que tendrá lugar este martes.
La jefa del PRO analizó esta mañana con su círculo íntimo si convenía responder las duras críticas que recibió o si era preferible mantenerse en silencio para evitar que se declare una guerra total con el larretismo. Finalmente, Bullrich optó por no hacer más declaraciones y no subir el tono de la pelea, pero sí ratificar su postura a través de sus principales dirigentes: “No es una discusión personal, sino una discusión de carácter acerca de cómo se lleva adelante el gobierno de la Ciudad. La demanda de nuestros votantes no es que haya un muerto, sino que haya orden”, destacó a Infobae el diputado nacional Gerardo Milman, la mano derecha de Bullrich.
La titular partidaria ratifica sus objeciones contra la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de haber puesto vallas ante la casa de Cristina Kirchner y luego haber negociado para sacarlas. El tuit de la noche del sábado en el que se diferenció de las autoridades porteñas, como anticipó Infobae, más las duras declaraciones que efectuó anoche en un programa de la señal TN, rompieron la tregua interna en el PRO y desataron un clima de enfrentamiento que podría seguir creciendo.
Hay versiones de que un sector del larretismo exigirá que Bullrich renuncie a la jefatura del PRO porque “está haciendo campaña para su proyecto político personal”, aunque cerca del jefe de Gobierno aseguraron a Infobae que en su mesa chica no hay nadie que esté pensando en algo semejante, que pondría al partido de Macri en una virtual situación de fractura en medio de la fuerte ofensiva de la Vicepresidenta por su situación judicial y a un año de las elecciones presidenciales.
Rodríguez Larreta encabezó esta mañana la habitual reunión de sus principales colaboradores en el gobierno porteño y durante el encuentro, según trascendió, quedó en claro que el jefe de Gobierno está “furioso” por la actitud de Bullrich y que considera rota la tregua que había alcanzado con ella en mayo pasado y que permitió desde entonces una convivencia pacífica entre ambos.
En este caso, tampoco funcionó el esquema de contención acordado hace cuatro meses: un canal de diálogo permanente entre el larretista Fernando Straface, secretario general de la Ciudad, y el bullrichista Milman. Pese a la elevada temperatura de la pelea actual, hasta el momento ni siquiera hablaron por teléfono para intentar que la controversia por el operativo en Recoleta se incremente.
Los cortocircuitos entre Larreta y Bullrich comenzaron el mismo sábado en que se produjeron los incidentes ante el departamento de la Vicepresidenta. La jefa del PRO se quejó en privado de que el jefe de Gobierno le pidió que firmara un comunicado de Juntos por el Cambio que mostraba dureza contra la ex mandataria y “luego negoció con el kirchnerismo” para levantar el vallado.
Para el gobierno porteño, había que descomprimir la situación porque “los kirchneristas querían un muerto” y la policía de la Ciudad “actuó como debe comportarse una fuerza de seguridad en democracia, cumpliendo las consignas de mantener el orden sin gases, palos ni balas de goma”.
Cuando Juanjo Méndez, uno de principales asesores del jefe de Gobierno, llamó a Bullrich para que se sumara a la conferencia de prensa de la noche, junto con otros dirigentes de Juntos por el Cambio, ella se negó a ir porque quería hablar y le advirtieron que sólo estaba previsto que lo hiciera Rodríguez Larreta.
La titular del PRO quedó disconforme con la postura del alcalde porteño y por eso a las 22.45 del sábado publicó un mensaje en Twitter que originó la pelea con el larretismo: “Ni un paso atrás. No podemos seguir naturalizando lo que está mal ni tampoco seguir entregándole el país a esta gente. La obligación de un gobernante es garantizar el orden y el imperio de la ley. Para eso nos votan. Mi solidaridad con los 12 policías de la Ciudad heridos”.
Dos días después, en diálogo con la señal TN, la jefa del PRO fue más allá todavía en sus cuestionamientos a las decisiones de Rodríguez Larreta. Estas fueron algunas de sus definiciones:
“Cuando vos tomás la decisión de poner la valla, la mantenés y no te corrés de ahí. Lo que te están poniendo en duda no es la valla, eso es simbólico. Ponen en duda tu gobierno. El Gobierno está en el que mantiene el orden. Y vos no podés entregar ese orden”, dijo.
“Nosotros somos los que tenemos que manejar la calle. No nos podemos dejar controlar por Cristina Kirchner ni por ningún otro. ¿Pueda haber consecuencias por eso? Sí, normalmente hay consecuencias cuando actuás, pero me mantengo firme. No podés ceder el control de la calle a la militancia”.
“Yo, cuando puse vallas, no las pasaron nunca. Cuando tomamos la decisión de que no se cortaba más la Autopista Ezeiza, arranque y tuve el primer problema con balas de goma. Pero nunca más cortaron. Cuando decidí que la Panamericana no se cortaba nunca más, saqué los autos con grúas”.
“Hay algo que no se puede obviar en todo esto y es el hecho de que siempre las calles de la Ciudad están tomadas. Nos ven débiles por eso. Dicen que Juntos por el Cambio nunca va a gobernar porque le toman la calle”.
“No estamos discutiendo las vallas, eso es totalmente técnico. No estoy peleada con Larreta, quiero transmitirle a la sociedad que quiero representar a un Juntos por el Cambio que no se deje manejar o manipular por la prepotencia kirchnerista y que sea capaz de ponerle la fuerza de la convicción adelante y entender que no podemos regalar al desorden y la falta de ley”.
Luego de esas declaraciones, el larretismo salió coordinadamente a contestarle a Bullrich. Lo hicieron desde funcionarios porteños como Jorge Macri, Marcelo D’Alessandro, Felipe Miguel, Fernando Straface y Soledad Acuña hasta legisladores del sector como Emmanuel Ferrario, Alvaro González y Silvia Lospennato, más una pieza clave del espacio como Diego Santilli.
También lo hicieron aliados de Juntos por el Cambio como el titular de la Coalición Cívica (CC), Maximiliano Ferraro; el legislador porteño de CC Facundo Del Gaiso y su colega de Confianza Pública Diego García Vilas. Todos, en defensa de las decisiones del gobierno de la Ciudad y en contra de la jefa del PRO, a quien acusaron de una “enorme irresponsabilidad”, de “privilegiar sus intereses personales” y, sobre todo, de ser “funcional al kirchnerismo”.
Uno de los más duros justamente fue Straface, el encargado hasta ahora de monitorear con Milman la relación Larreta-Bullrich: “La Policía de la Ciudad actuó con profesionalismo, firmeza y responsabilidad democrática. No hay lugar para el ventajismo politico “corto y oportunista”, amparado en la comodidad de gritar desde la tribuna sin tener que jugar el partido”.
Para agregar nafta al fuego, fiel a su estilo, en las últimas horas reapareció Elisa Carrió a través de un comunicado, con otros dirigentes de su partido, en el que cuestionan a Cristina Kirchner, apoyan a Larreta y le apuntan a Bullrich cuando piden “evitar bajezas personales”.
La postura que más llamó la atención fue la del ex senador nacional Esteban Bullrich, primo de la presidenta del PRO, quien se diferenció de ella y la criticó desde un mensaje publicado en Twitter: “Aunque sea políticamente incorrecto decirlo dentro de nuestro espacio, quiero destacar la decisión de @horaciorlarreta de buscar y encontrar una salida, aunque sea provisoria, a la crisis que vivimos anoche (por el sábado). La responsabilidad de los dirigentes que opinamos desde nuestras casas es muy distinta a la de aquellos que tienen que velar por la seguridad de la ciudad más poblada del país. Si vamos a juzgar, primero tenemos que ponernos en sus zapatos”.
Y agregó: “Esto no implica deslindar de responsabilidad al kirchnerismo, y especialmente a la Vicepresidenta de todos los argentinos, por poner al país ante las puertas de algo completamente desconocido. Sigo creyendo que a este nivel de locura y violencia hay que oponerle todo el rigor de la ley en el marco de la Constitución. Pero tenemos el deber de ser mejores que aquellos que apuestan por la anarquía y esa diferencia implica buscar una salida hasta las últimas consecuencias”.
A esta altura de la renovada pelea entre Rodríguez Larreta y Bullrich, celebrada por el kirchnerismo como una goleada, toda la atención está puesta en el almuerzo de mañana. Una comida en la que, más que cubiertos sobre la mesa, debería haber guantes de boxeo. ¿Macri será el árbitro que todos en el PRO esperan que sea? Nadie sabe cuál puede ser el resultado. El menú promete pocas delicias, muchos reproches y un debate que impactará en todo Juntos por el Cambio.
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