La semana que empieza, el gobernador Perotti dará a conocer cambios en su gabinete. Los elegidos están en línea con la vuelta de página que se propone tras dos años de gestión que terminaron con derrota electoral. Se suman al recambio en Seguridad formalizado a mitad de semana.
Carlos Bermúdez asumirá en la Secretaría de Comunicación en reemplazo de Miguel Altamirano. Perotti y Bermúdez se conocen hace 40 años y en 2011 compartieron la fórmula a gobernador en las Paso que finalmente ganó Agustín Rossi. Durante estos dos primeros años de gobernación fue un nombre de consulta para Perotti. Su rol como secretario administrativo del Senado lo tuvo como espectador privilegiado (y disgustado) de la guerra abierta desde el minuto cero entre el rafaelino y los senadores.
Distintas fuentes consultadas indicaron que no debe leerse la migración de Bermúdez al Ejecutivo como un armisticio. Perotti lo convoca por su relación personal. Eso sin desconocer que por capacidad de diálogo y por tener el reconocimiento de ambas partes, supone una oportunidad de desandar el actual estado de ruptura.
En Desarrollo Social, lo que se daba como un cambio cantado después de la soledad en la que se lo vio al ministro Danilo Capitani durante la interpelación en la Cámara de Senadores, finalmente no se hará. El gobernador decidió sostener al ministro cuestionado por la oposición por el manejo de la ayuda social en campaña y la entrega de dos subsidios a entidades de Gálvez vinculadas a él y familiares. La posibilidad de cambios se trasladó ahora a las segundas y terceras líneas.
Celia Arena deja el Ministerio de Género, Igualdad y Diversidad para ir a Gobierno. Tras las experiencias de sus antecesores Esteban Borgonovo y Roberto Sukerman, la incógnita radica en qué pretende el gobernador de esa cartera. La novedad es que está vez optó por designar a una funcionaria de su confianza y no hizo lugar al deseo de la senadora María de los Ángeles Sacnun que pretendía el puesto.
Por último, Jorge Llonch seguirá al frente del Ministerio de Cultura. El área no estuvo ajena a cuestionamientos, pero Perotti la considera dentro de “las que pueden mejorar su funcionamiento con los mismos nombres”. El ministro parecía con un pie afuera del gobierno por ser esposo de la vicegobernadora Rodenas, pero en Casa Gris explicaron que se mantuvo al margen de la interna y siguió adelante con la gestión. El 6 de diciembre de 2019, cuando Perotti le confirmó que sería el ministro, le aclaró a Llonch que era él quien lo elegía.
Amable y espinoso
El acto del Frente de Todos para celebrar el Día de la Democracia fue una mezcla de relanzamiento de gestión, demostración de fuerza, dominio de la calle (segundo acto multitudinario en 23 días) y reafirmación de una alianza regional que, según dijo Lula, dio con “los governos progresistas o melhor momento de la democracia”. El brasileño espera tomar el control de Brasilia dentro de un año. Y si bien nadie lo mencionó para “cuidarlo”, es obvio que apuestan a que Gabriel Boris sea electo presidente de Chile el próximo domingo. Sumado el gobierno de Bolivia, el escenario Sudamericano podría ser más equilibrado en 2022/2023.
Un primer apunte sobre el acto en Plaza de Mayo es que repitió la imagen de un oficialismo que renuncia a convocar de forma más abarcativa, por afuera de las fronteras militantes, con aquél espíritu del Bicentenario. Y no sólo eso: ese Frente de Todos prescinde o no tiene capacidad de hacer partícipe al peronismo del resto del país. La ausencia de gobernadores, salvo Kicillof, testimonia esa excesiva concentración en el Amba. Se repite con la procedencia de los funcionarios, la injustificable distribución de subsidios en servicios sanitarios, electricidad y transporte. Y más recientemente, la designación del intendente de Escobar al frente del ente de la hidrovía para cumplirle el acuerdo a Sergio Massa, que consiste en que todo lo que sea transporte es para él.
El intendente tenía que renunciar antes del 10 de diciembre, así se puede presentar de nuevo en 2023 y esquivar los límites a la reelección de la ley bonaerense. El futuro de la hidrovía se cocina al ritmo de los intereses de pago chico de un intendente del conurbano y en la aceptación mansa de estas lógicas por parte de los gobernadores.
En segundo término, en el acto quedaron expuestas una vez más las desconfianzas entre el presidente y la vice, en este caso por la negociación con el FMI. Se deduce que si Cristina lo ordena al presidente en público y ante una plaza repleta de sus seguidores, es porque no confía en el proceso negociador o no se siente escuchada. Esta vez Alberto le respondió con un dejo de autoridad. Soltó un seco “tranquila Cristina” y “no tengas miedo Cristina”, y acto seguido dio fe de estar negociando bajo el mismo encuadre. Fue otro de esos diálogos a cielo abierto entre ambos, en apariencia amable pero espinoso como una rosa, con las connotaciones de las batallas de rap en las que los contendientes se retrucan mutuamente a su debido turno.
Sin embargo, que las formas no hagan perder de vista el bosque. Lo que presidente y vice discuten en público es cómo salir del dilema que supone una atroz deuda de 44 mil millones de dólares tomada de un saque, impagable y sin resguardos para evitar la fuga de divisas. De los actos reprochables del gobierno de Macri fue por lejos el peor.
Radicales en llamas
Si resulta anómalo el debate en vivo entre presidente y vice, el rumbo que tomó el debate interno de la UCR resulta incomprensible. El partido que hace un mes festejaba su perfomance electoral y el surgimiento de figuras con proyección, ahora se parte a causa de una disputa de poder que se expresó en el bloque de diputados nacionales pero repercute afuera. Desde la Juventud Radical hasta la conducción del partido, incluyendo las provincias y los cargos institucionales en el Congreso, todo está alcanzado por el fuego cruzado. ¿Era necesaria llegar a la fractura?
Con respecto a los radicales santafesinos, juegan en la interna nacional, pero no la traen a casa. Acá mantienen en pie acuerdos preexistentes que funcionan como blindaje a la radiación exterior. Todos los sectores cuidan esos acuerdos que permitieron desplazar al PRO de la conducción de Juntos por el Cambio primero y capitalizar el triunfo electoral después.
Maximiliano Pullaro y los senadores provinciales de NEO juegan con Martín Lousteau. La diputada nacional del sector, Victoria Tejeda, fichó en el bloque de los dispuestos a “la audacia”, como dijo el senador porteño en la carta en la que explicó la decisión de romper el bloque. En cambio los diputados Mario Barletta, Juan Martín y Ximena García jugarán con el bloque oficial que preside Mario Negri y que impulsa al jujeño Gerardo Morales como presidente del partido. Reemplazará al mendocino Alfredo Cornejo, que le deja el partido en llamas.
En ese reboleo, la debutante Carolina Losada se quedó con la vicepresidencia de la Cámara de Senadores. “Mayor protagonismo para Santa Fe” como retribución por el alineamiento con la estructura partidaria de su sector, que tiene como referentes a Julián Galdeano, Dionisio Scarpín y Mario Barletta. En el organigrama institucional quedó debajo de Cristina y de la santiagueña Claudia Abdala de Zamora. Todo un interrogante el ascenso meteórico de la periodista.
Hablando de ascensos meteóricos y periodistas, también juró como senador Marcelo Lewandowski. Otra de las caras nuevas que llegaron alto en poco tiempo. El periodista heredó la agenda de gestiones que dejaron Roberto Mirabella y Marilyn Sacnun. Entre ellas, que el resto de las provincias comprenda que Santa Fe tiene que tener prioridad para cubrir vacantes en la Justicia Federal. Este tema, entre otros, será convenido en la audiencia multipartidaria que el gobernador convocó para mañana con los tres senadores –Lewandowski, Losada y el radical Dionisio Scarpín– y los 19 diputados nacionales.
Bonfatti de regreso
La política santafesina registra otros movimientos menos perceptibles. Uno de ellos es la decisión del ex gobernador Antonio Bonfatti de seguir recorriendo la provincia y participando de la vida del Partido Socialista más allá del acompañamiento que tuvo a la candidatura de Clara García. Este viernes, por ejemplo, estuvo presente en la asunción como presidenta comunal de Monje de Susana Gobbo y el lunes protagonizó el brindis de las autoridades partidarias.
Reaparece en el contexto de una organización chica que hace meses perdió a su principal líder y donde no sobran referentes como para mandarlos a sus casas con sus últimos 669 mil votos, por más que hayan perdido una elección.
Tras la derrota de 2019, Bonfatti asumió que Lifschitz quedaba consolidado, no con la certeza de que volvería a la gobernación en 2023, pero con gran legitimidad para liderar una propuesta muy competitiva. Fue esa lectura la que lo llevó a cuarteles de invierno, además de la pandemia, claro.
La muerte de Lifschitz cambió todo. En cuestión de semanas, el PS tuvo que darse una estrategia de sobrevivencia que dio resultado, pero que no es más que un punto de partida después de un profundo retroceso. La instalación electoral de Clara García, el papel de los intendentes, la universidad, la presencia en los legislativos, las estructuras partidarias y el retorno de Bonfatti. De todo eso necesitará nutrirse el PS para recuperar terreno.