De estallido en estallido. O mejor, de estallido a golpe. Así anda Pablo Vitamina Sánchez, ex jugador y entrenador de Rosario Central, que semanas atrás se fue del fútbol chileno, donde dirigió a Deportes Iquique, para hacerse cargo del plantel de Oriente Petrolero, de Bolivia. Desde esa experiencia, analizó la situación de ambos países en el programa Radiópolis, de Radio 2.
“Uno cuando está inmerso en la vida de uno, en mi caso en el fútbol, no se da cuenta de lo que va pasando. Pero cuando las cosas suceden, lo analizás y le encontrás razón a todo”, explicó.
“Lo que pasó en Chile era lógico que pasara”, dijo y señaló que el 15 por ciento de la población vive en una situación de mucho privilegio y que para el otro 85 las posibilidades de progresar son nulas o escasas.
“Es un país muy elitista. La gente se cansó de no tener oportunidades”, afirmó.
A Bolivia, adonde llegó para dirigir a Oriente Petrolero de Santa Cruz de la Sierra, Vitamina llegó unos días antes del golpe. Pero conoce bien el lugar, pues ya estuvo allí trabajando durante todo el año 2009. “Sé de qué se trata el gobierno de Evo, que fue muy bueno al principio y dejó de serlo al final, empañado por querer sostenerse como fuera”, opinó.
Y arriesgó que si Evo hubiera tenido un sucesor de su riñón con el cual sostener una alternancia su partido “hubiera estado siempre en el gobierno”.
Santa Cruz es una ciudad antiEvo, al punto que el “95 por ciento” era opositor a su gobierno, según Vitamina, y de allí surgió el líder del movimiento golpista, Luis Fernando Camacho. “Acá se paró el país, fue una fiesta pararle el país a Evo. Estaban convencidos de que hubo fraude”, describió.