Se vienen días de súper acción en la Legislatura provincial, que tiene temas de mucha trascendencia institucional en agenda y poco tiempo: el período de sesiones ordinarias termina el 30 de noviembre, uno de los puntos que cambiaría una reforma constitucional por ahora incierta que el oficialismo se empeña en impulsar.
Ese, el de la reforma constitucional, es el asunto que Unidos deja para lo último porque, entre otras cosas, es el que requiere mayores niveles de acuerdo –para sancionar la ley que declare la necesidad y convoque a elecciones de constituyentes se necesita el respaldo de los dos tercios de los integrantes de cada cámara–, en el que ese consenso es más complejo porque incluye el espinoso tema de la reelección del gobernador, y el que abre además un riesgo político que hace que los distintos actores involucrados se muevan con pies de plomo: darle aire en la provincia al discurso anticasta de La Libertad Avanza.
El oficialismo sigue un orden lógico que había establecido a principios de año para sus tres objetivos centrales en el campo legislativo: ya tiene la reforma previsional, esta semana votará la reforma judicial y el último eslabón es la constitucional. Por fuera estos ejes, también pretende la sanción del presupuesto 2025.
Así las cosas, este jueves habría una sesión clave para la pretensión del gobernador Maximiliano Pullaro de producir un recambio en la Corte Suprema Justicia de la provincia: Diputados votará la ampliación del máximo tribunal, que pasará a tener siete miembros, uno más que ahora.
La apuesta del gobierno cuando comenzó el año era que los cinco cortesanos de más de 75 años, el límite que marca la Constitución nacional, renunciaran a sus cargos. Pero encontró resistencia férrea y solo dos aceptaron dar un paso al costado: Mario Netri desde fin de este año y María Angélica Gastaldi en abril.
Con Rafael Gutiérrez, Roberto Falistocco y Eduardo Spuler aferrados a sus sillas, la ampliación a siete del número de integrantes de la Corte no solo termina con la anomalía de un cuerpo colegiado donde una votación puede terminar en empate, sino que además permite conformar una nueva mayoría entre los tres nuevos magistrados que se sumarán el año que viene y el que venía sosteniendo una postura diferente a la de sus pares actuales: el rosarino Daniel Erbetta.
El primer proyecto que se presentó con siete integrantes del máximo tribunal es el del socialismo, que en realidad propone una revisión integral del funcionamiento del Poder Judicial santafesino. Pero también hay otros, por ejemplo uno del diputado de Creo (sector que responde a Pablo Javkin), Ariel Bermúdez, y otro de Fabián Palo Oliver, del Frente Amplio por la Soberanía.
La novedad es que se sumó otro, presentado por el perottismo, un sector que parece dispuesto a negociar con el oficialismo acuerdos que le permitan avanzar en sus objetivos institucionales próximos: las reformas judicial y constitucional.
El proyecto elaborado por Marcos Corach y firmado por el resto de los integrantes del bloque perottista menos el ex ministro de Economía Walter Agosto coincide con el del socialismo no solo en el número de integrantes que propone para la Corte sino también a la edad en qué deberán jubilarse los cortesanos futuros: 75 años, con opción a seguir cinco años más si sus pliegos vuelven a ser propuestos por el gobernador y avalados por la Legislatura.
Así, el sector que conduce el ex gobernador Omar Perotti divide aguas con otros diputados de la oposición, como Miguel Rabbia (del sector del PJ que responde a Marcelo Lewandowski) y el bloque de Amalia Granata, que proponen reducir a cinco el número de integrantes del máximo tribunal.
Este mismo jueves a la mañana, en una reunión plenaria de las comisiones de Presupuesto y de Asuntos Constitucionales, se terminará de definir el texto que luego será votado en el recinto de Diputados y validado el jueves 21 en el Senado.
Una vez que eso suceda vendrán nuevos debates y negociaciones: cómo se conformará la nueva Corte y si se reforma o no la Constitución provincial son temas que entrarán de lleno en una agenda política que no da respiro.