El dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, criticó la Tarjeta Alimentar y afirmó que "ni siquiera es una política alimentaria", argumentando que no sirve para superar la malnutrición infantil grave.
Grabois expresó su malestar con las medidas que anunció el presidente Alberto Fernández esta semana, y aseguró que "consolidar la Tarjeta Alimentar como política emblema del gobierno es un error económico, social y cultural".
El dirigente social, que ya se había manifestado contra la iniciativa, hizo pública su postura contra el enfoque de las políticas de ayuda social del Gobierno.
"Nadie puede estar en contra de los anuncios sociales del viernes. Teniendo en cuenta la situación dramática que vive nuestro pueblo, con niveles de pobreza y desigualdad catastróficos", dijo.
"Que más familias tengan una tarjeta para comprar alimentos es algo", apuntó en un comunicado titulado "La tarjeta alimentar no es justicia social". "Pero vemos con tristeza cómo nuestro gobierno comete errores permanentes por una incomprensible ceguera", agregó.
En el escrito, Grabois reconoció que la medida es "un consuelo ante tanta malaria" y valoró que "el gabinete económico" haya decidido "romper el chanchito" que "parecía reservado exclusivamente para Kristalina Georgieva", en referencia a la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Criticó que mientras en la Argentina "crece la pobreza y la desigualdad", el problema es que "se decidió aplicar los recursos a una política que solo puedo calificar con una palabra. Es una política estúpida".
"La decisión está guiada por sentimientos nobles, pero carga un enorme desconocimiento de la realidad", dijo sobre la medida a la que caracterizó como "de cuño neoliberal" porque "no consagra derechos permanentes, no crea puestos de trabajo, no genera bienes sociales durables y no promueve el desarrollo humano integral".
"Es un ejemplo de asistencialismo puro", remarcó al tiempo que la diferenció de políticas como la Asignación Universal por Hijo.
También aseguró que "promueve el consumo de alimentos industrializados" y que "por su diseño activa todos los mecanismos de concentración económica".
"El dinero va derechito a manos de empresas monopólicas y actores financieros que antes de que se cuente tres van con los pesos del Estado a comprar dólares", aseguró.
Grabois, que en las últimas semanas fue oficializado como miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, remarcó además que la Tarjeta Alimentar no alcanza "a los grupos más vulnerados como los pueblos originarios, las comunidades campesinas y las personas en situación de calle".
En ese sentido, Grabois postuló que la única salida contra el hambre, la pobreza y la indigencia "es el trabajo remunerado y con derechos laborales", y consideró que el Gobienro debería "reconocer el trabajo" de cartoneros, recicladores, constructores y otros trabajadores de la economía popular.
"Ahí está el futuro. Crear trabajo y poblar la patria. Planificar el desarrollo humano. Pensar con creatividad. No subestimar al pueblo. Es más difícil que poner plata en una tarjeta, pero es más justo, más inteligente y cuando lo logremos va a ser mejor para todos", concluyó Grabois.