Brienza está convencido y lo dice. “Los argentinos nos hacemos los boludos con eso”, asegura en la entrevista que aceptó para el canal de streaming Núcleo en Vivo. El periodista llegó a la ciudad para presentar su último ensayo: “Para que sirvió el peronismo” y describe con bronca y dolor el concepto de los “negros de mierda” que tan presente, según cree, está en el debate argentino. “Hay un supremacismo socio racial que impide la unidad. Y esto atraviesa todos los partidos políticos”, explica.

– ¿Qué significa ser peronista?

– Creo que hay tantos peronismos como formas de vida. En mi caso porque venía de una familia peronista. Porque nací con los mitos del peronismo: mi abuelo yendo al 17 de octubre, mi vieja y mi tío sufriendo los 18 años de prescripción. Soy peronista porque mi mamá era muy peronista y ella hacía una división en la vida entre peronistas y no peronistas (división que a mí me parece que no debe hacerse). Eso marcó muchísimo mi forma de mirar.

– La familia marca el camino

– Además era muy gracioso porque yo tenía una abuela peronista que era hija de republicanos españoles socialistas. Mi mamá me contaba que ella cantaba la marcha anarquista mientras lavaba los platos. Pero mi otra abuela, la mamá de mí papá, también era peronista. Ella tenía dos libros: la Biblia y la Razón de mi vida (de Eva Perón). Cuando yo le pregunté por qué había sido peronista ella me dijo porque Perón era como Mussolini. Es decir, tenía una abuela fascista y una abuela socialista anarquista y las dos eran peronistas y las dos eran muy humildes. Comprendí que había una apertura dentro del peronismo que era inmanejable y que al mismo tiempo era eso lo que lo hacía insustituible. Que se podía llegar al peronismo desde muchísimos lugares.

– ¿Qué sentís desde ese lugar tan emocional, tus abuelas, tu familia, tu raíz, cuando al peronismo se lo califica tan críticamente?

– Esa es la pregunta inicial del libro. Vos podés decirme “pobre Brienza es un peronista emocional porque los abuelo. y no sé qué”. Pero cuando vos le preguntas a un radical o a un liberal conservador por qué es radical o por qué es liberal conservador, te van a decir lo mismo que yo; “bueno, mis abuelos son de tradición radical, mis padres son radicales, mi papá era comunista, etc.”. Hay una relación de identificaciones sentimentales en las en las decisiones políticas que uno toma.

– ¿Aunque no sea todo de color de rosas?

– Claro que no. Yo aprendí que el peronismo tuvo horripilancias que no se pueden negar. No podés ser deshonesto intelectualmente, no reconocer episodios dentro del peronismo que han sido negativos

– ¿Por qué se lo insulta al peronismo?

–Esa es la pregunta que me hice para escribir el libro. Planteo que el proceso civilizatorio argentino, que tiene 200 años, es único. Hay una Argentina establecida que se formó de 1860 al 1880 con un complejo ideológico que para mí es muy peligroso porque va entre la civilización y la barbarie y el positivismo de la década del 80 donde civilización-barbarie es su consigna más compleja.

– ¿Por qué?

– Porque los civilizados somos los blancos, somos los hijos de europeos y los bárbaros son los extranjeros en su propia tierra: los mestizos, los indios, los salvajes. El que piensa como nosotros es blanco europeo y civilizado y el que no piensa como nosotros es un monstruo americano que al mismo tiempo debe ser extirpado porque además no habla nuestro idioma. Se montó aquella operación positivista en la cual se medían los cerebros de los hombres y de las mujeres. Los hombres blancos europeos descubrieron que estaban más capacitados para gobernar porque tenían el cerebro de mayor amplitud. En cambio, las mujeres los mestizos y los indios, tenían el cerebro más chiquito y tenían no tenían capacidad para la racionalidad. Ese complejo análisis logró que la Argentina se dividiera entre la Argentina de bien (la Argentina Blanca, de las buenas costumbres, de la cultura y de la civilización) y la Argentina los negros de mierda.

–Es fuerte el concepto

–Sí. No es inocente que un muchacho de Las Cañitas de Buenos Aires (como sucedió hace varios días atrás) grite “váyanse de acá negros de mierda, los ricos nunca vamos presos”. Ese grito, el argumento que utiliza una persona para descalificar a alguien que no comparte su pensamiento, fortalece el concepto de impunidad que atraviesa todos los sectores.

- ¿Por qué usas intensamente esa expresión?

- Lo hago porque todos nos hacemos los boludos. Los periodistas nos hacemos los boludos, los politólogos, los políticos. Nos hacemos los boludos porque por lo bajo andamos hablando del ‘negro de mierda’, pero nadie explicita la preocupación por la problemática del socio racismo en la Argentina. Hay un supremacismo socio racial que impide la unidad. Y esto atraviesa todos los partidos políticos.

– Esto atraviesa todo el siglo 20

– ¿Sabes cuál era la acusación que hacían sobre el gobierno de Irigoyen? que era un gobierno de monos, de negroides, de negritos parlanchines. Era muy interesante, porque es ese significante del negro que atraviesa toda la historia Argentina. Nosotros creemos que no somos un país racista, pero sí lo somos. Creo que el gran problema sobre lo que se construye la acusación contra el peronismo es socio racial. Es decir: ‘el peronismo está lleno de negros de mierda’ y la mierda genera asco y es algo que vos no podés manejar. 

– El insulto para debatir es muy actual

– Si, con otras palabras, que intentan definir lo mismo. Se utilizan los significantes de la mierda, de la suciedad, los significantes de la cucaracha, “los kirchneristas son cucas”. Hoy está así. Como cuando los judíos que eran ratas para el régimen nazi.

– El propio presidente cuando define habla muchas veces en esos términos

– Bueno, ahí creo que Javier Milei no es socio racista. Creo que es un supremacista estético, un supremacista ideológico, es un supremacista de otro tipo.

– ¿Por qué se habla que Milei tiene cosas gestuales, independientemente de su pensamiento político, que lo acercarían al peronismo?

– Creo y lo digo con brutalidad que es por su falta de respeto a las formas institucionalistas de gobernar. Creo que el peronismo siempre tuvo una preocupación más por el hacer a toda costa, que por el respeto de los procesos institucionales. En ese sentido Milei se parece. Creo que el kirchnerismo en los últimos años ha tenido un proceso de corrección política que en algún punto lo alejó de esa lógica. 

– ¿Cristina es peronista?

- Es hija de un colectivero, nacida en un barrio de las afueras de la plata. Militó desde los 18 años en el peronismo. Fue diputada peronista, senadora peronista, presidenta dos veces del peronismo. Fue la mujer de un presidente peronista. ¿Desde qué lugar se dice que Cristina no es peronista? 

– ¿La frase ‘roban, pero hacen’, es capital del peronismo?

– Es una chicana y no es privativo del peronismo. Para hablar de corrupción en serio hay que hablar de la acumulación de capitales originarios. A diferencia de Estados Unidos, aquí no se distribuyó la tierra a partir de una reforma agraria, sino que se hizo a partir de la apropiación de grandes extensiones de campo por un par de familias que utilizaban al ejército para apropiarse de esas estancias. La riqueza en la Argentina no se hizo de otra manera que no sea apropiándose de las tierras. Y después eso se multiplicó al calor del Estado. Al Calor del Estado, bajo gobiernos peronistas, de las dictaduras militares, y sobre todo de los partidos liberales conservadores, fue cuando más se enriquecen los ricos en la Argentina.

– Hay muchos ejemplos de cómo el estado alentó eso

– Claro. El macrismo utiliza el Estado cuando siendo presidente aumenta los precios de los peajes favoreciendo a las empresas de su propiedad que se benefician con esa medida. Esa es la corrupción más absoluta de la Argentina: poner al Estado el servicio de grupos empresarios. Como cuando pedimos miles de millones al Fondo para que ese dinero pueda fugarse sin ingresar al país. Pero vamos a decir que hay peronistas que se afanan “el jarrón” de la Casa Rosada. Hay peronistas que revolean bolsos sí, aunque casualmente esos bolsos tenían dineros salidos de los bancos del grupo Macri. Es raro. 

 ¿Hay una complicidad que trasciende los partidos?

–Sí, yo creo que para hablar de corrupción en serio hay que hablar de corrupción institucionalizada. Cuando denunciaron a María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires por aportes ilegales a su campaña devela que el mecanismo de corrupción es transversal

–¿Por qué solo la acusación de corrupción solo cae sobren el peronismo?

– Es parte de la respuesta que yo intento dar en el libro. Si los dos son corruptos, el corrupto siempre es el peronismo. Hay algo que tiene que ver con la construcción cultural de la Argentina. Hay un país establecido que es la Argentina que marca las pautas culturales. Los dueños de la Argentina establecida tienen derecho a hacer cualquier cosa. Pueden nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto o sacar una ley bases por decreto. Esa forma tiene que ver con ese supremacismo socio racial y con la lógica de ajenidad. Los dueños de la Argentina establecida marcan las pautas de lo que está bien y lo que está mal.

– Imaginemos la Argentina como un barco naufragando en medio de la tormenta ¿Por qué en ese momento nos cuesta tanto ponernos de acuerdo para no hundirnos?

– Tengo una respuesta. En Europa “los barcos del Estado Nación” los construyeron los industriales, la burguesía Industrial. Ellos necesitaban mercados propios, trabajadores y consumidores. El enemigo del capitán del barco francés era el capitán del barco alemán y así. En cambio, en los Estados Nación Latinoamericanos los barcos fueron construidos por los modelos agroexportadores que no necesitaban mercados internos. No necesitaban ni trabajadores ni consumidores. La riqueza del capitán del barco argentino estaba en vender cereales y carnes al capitán del barco inglés por lo tanto consideró que los argentinos que estaban dentro del barco eran negros de mierda. Los capitanes del barco argentinos sólo se preocuparon en saber cuántos entraban en el bote de salvataje.