Daniel Erbetta, juez de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Santa Fe y profesor de derecho penal, analizó las repercusiones de sus críticas al proceso judicial contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y advirtió: "Está en juego el Estado de derecho y las instituciones. Hay gente que ha roto el pacto democrático".
Erbetta contó este miércoles en Radiópolis (Radio 2) que no esperaba "tomar este protagonismo" cuando efectuó las declaraciones que fueron compartidas por la expresidenta en las redes sociales pero recalcó que solo dijo lo que ve y piensa.
"Este no es un tema personal ni político. Le puede gustar más o menos Cristina pero estoy tratando de poner en valor las instituciones, la Justicia no puede desviarse de las reglas del juego", aseguró.
El integrante del máximo organismo judicial provincial aclaró que esto mismo podría ocurrirle a Horacio Rodríguez Larreta (u otro dirigente opositor) y "diría lo mismo". Condenó "una forma de trabajar de la Justicia federal" que hizo extensiva al fracaso en temas como la quema de los humedales o perseguir el narcotráfico. Fracaso que se agrava por una "resistencia de un sector, de Comodoro Py, a una reforma".
Erbetta dijo que incluso existen "patologías más graves" como trasladar jueces por decreto a una cámara cuando para ser camarista habría que hacer otro concurso. "Jueces puestos a dedo por decreto, yo no lo voy a naturalizar", cuestionó.
"Todo esto se enmarca en un contexto más amplio, extremadamente preocupante porque lo que está en juego es el Estado de derecho y las instituciones. Hay gente que ha roto el pacto democrático y está dispuesta a llevarse todo puesto", denunció.
"Obsesión por la letra K" y "época del nazismo"
El además profesor de derecho penal encuadró la ausencia de un debido proceso (ver videos con los ejemplos de las irregularidades planteadas) a la concepción de "amigo y enemigo que viene del derecho romano" en donde "el enemigo es la negación de la condición humana". "En un estado de derecho hay ciudadanos que son inocentes y culpables y los dos merecen un juicio justo", diferenció.
"Estamos reemplazando al ciudadano por el amigo y enemigo", advirtió y alertó que eso evoca "la época del nazismo".
"Todos tenemos derecho a no pensar igual. Acá hay una obsesión patológica con la letra K, yo no tengo que nada que ver con la vicepresidenta, yo soy un hombre muy vinculado al pensamiento yrigoyenista", dijo y elogió las figuras de los expresidentes radicales Arturo Illia y Raúl Alfonsín.
"Los jueces tenemos convicciones políticas, lo que no puede hacer un juez es política partidaria", resumió.
Sobre el uso del Poder Judicial para perseguir rivales políticos (lo que el kirchnerismo y otros sectores denominan lawfare), Erbetta señaló que "hay un sector que está construyendo poder a través de la demonización del otro".
Para explicar ese proceso, citó el rol del fiscal Luciani en la causa Vialidad que fue "leída e impostada, esto no debe pasar en un juicio oral" y la "provocación" del tribunal ante el pedido de recusación por parcialidad porque el fiscal y uno de los jueces jugaban al fútbol en un mismo equipo en la quinta de Mauricio Macri (Los Abrojos).
"Como respuesta el juez aparece en televisión o zoom con un mate del equipo Liverpool. Como abogado defensor diría «acá estamos fritos». Son cosas elementales. Hay que animarse a hacer eso, suena a provocación", completó y mencionó jurisprudencia con causas de apartamiento por "jugar un partido de tenis" con el acusado.
El juez de la Corte santafesina contrastó actitudes: "Macri recusó a un juez porque había sido abogado de Parrilli, y esa cámara dijo que tenía razón Macri". Contra esa doble vara judicial "me rebelo" y añadió: "Para que un juez se anime a ciertas cosas es porque tienen cobertura".
Aclaró que el problema no es tanto la amistad entre el fiscal, el juez y el camarista que comparten un mismo equipo de fútbol. "El problema es que juegan en una cancha en la casa de una persona que abrió y tiene interés en la causa (por Macri). Hacen desfilar años por la Justicia al rival político, alguna ventajita electoral tiene", insistió.
Grieta y espiral de silencio
"Digo esto porque lo veo, son datos empíricos. No tengo nada que ver con la expresidenta. Mañana le puede pasar a Perotti o Bonfatti y haría lo mismo. Hay que terminar con la grieta que nos hace tanto daño a los argentinos", continuó.
En ese sentido, Erbetta se refirió al concepto de "espiral de silencio" que construye una opinión dominante desde los medios de comunicación (que son empresas) y eso implica que "hay gente que se cuida o se abstiene de opinar por temor al repudio que genera en su sector social".
"Esto es tremendo. Hay que poner en valor las instituciones y la política", pidió y recordó que todo empezó por dar su "mirada sobre el debido proceso" y ser "fiel a mis convicciones".
"Cuando rige la lógica del amigo y enemigo se anula el debate, porque los amigos no le van a pedir explicaciones y los enemigos no lo escuchan", graficó.