*Por Juan José Domínguez, de Reverso
Empieza la carrera electoral de 2023 y, así, la diseminación en redes sociales de desinformación sobre los comicios, lo que nos exige estar en alerta para no dejarnos engañar. Ese, justamente, es el rol de Reverso, la alianza de medios periodísticos más grande de la Argentina: contrarrestar la desinformación que puede surgir en los diferentes momentos del proceso electoral y asegurar que la información correcta esté disponible para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho al voto libre e informado.
Por eso, queremos abrir la tercera edición de esta alianza con un anticipo de las desinformaciones que suelen circular durante los procesos electorales y que muy probablemente se repitan en estas elecciones de 2023. Para eso, nos basamos en el registro de verificaciones de las ediciones de 2019 y de 2021 de esta iniciativa, liderada y coordinada por Chequeado y AFP en un acuerdo con decenas de medios periodísticos del país.
A no dejarse engañar.
Los candidatos son el principal blanco de la desinformación
En las campañas electorales argentinas a veces se deja de lado el fair play (juego limpio). Y un costado de esas campañas sucias son las desinformaciones que perjudican directamente a los líderes políticos y a los candidatos. Esas desinformaciones surgen, presumiblemente, desde los bandos contrarios al que pertenece la figura política en cuestión. Y hay ejemplos de todos los espacios políticos.
Una manera muy común de dañar la imagen de dirigentes, espacios políticos y gobiernos son las supuestas placas de las redes sociales de los distintos medios periodísticos -como Infobae, Clarín, La Nación, Página/12 y Crónica, entre otros- con frases falsas; es decir, afirmaciones entrecomilladas que en realidad no pertenecen a la persona a la que se las atribuye.
Como se explicó en esta nota, la difusión de supuestas placas de medios de comunicación, con la foto de una persona protagonista del debate público, una frase y el logo del medio, es una práctica habitual para generar y difundir desinformaciones, porque requiere mínimos esfuerzos de edición y puede llegar a viralizarse rápido.
Al encontrarse con un contenido de este tipo, es necesario preguntarse: ¿cuál es el contenido original? ¿Quién lo viralizó? ¿Cuál es el contexto del contenido? Además, se puede realizar una búsqueda inversa en Google o búsqueda de palabras clave en cualquier buscador para determinar si hay registros de esa frase.
Por ejemplo, en 2019 se le atribuyó al entonces presidente de la Nación, Mauricio Macri (Cambiemos), haber dicho que “no es tan necesario el feriado del Día de la Bandera”, lo cual es falso, y este año circuló una placa falsa con la siguiente afirmación atribuida a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (Frente de Todos): “Si esto tiene que terminar en una guerra entre argentinos, que así sea”. Esto también resultó ser falso.
La desinformación viaja en diferentes formatos
Pero la desinformación que tiene como víctimas a los dirigentes políticos no se ciñe a placas: también tiene forma de avisos, audios, fotos, tuits y hasta cadenas de WhatsApp que circulan como si fueran ciertas. También, audios con imitaciones, videos manipulados, zócalos (o videographs) con frases jamás pronunciadas por los políticos entrevistados, cuentas de Twitter falsas y hasta candidatos que no son tales.
Urnas con fajas rotas no equivale a un fraude ni a una irregularidad
Hace 4 años, durante las elecciones de 2019, también se volvió viral una desinformación que afirmaba que las urnas con cintas rotas en el frente eran sinónimo de fraude pero esto no es así. Es habitual que las autoridades de mesa abran las urnas para retirar los objetos necesarios que vienen dentro para el proceso electoral, o para verificar que estén vacías antes de comenzar la elección.
Eso sí: una vez que se verifica que la urna está vacía, se coloca una faja ancha que garantiza la seguridad de la urna y que no debe estar rota, como se puede ver en este instructivo publicado por la Cámara Nacional Electoral (CNE).
Desinformaciones de este tipo circularon en 2019, con una foto del momento en que votaba el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet (Frente de Todos), y este año, con otra foto que mostraba el instante en que emitió su voto el intendente de Chilecito, Rodrigo Brizuela y Doria (Frente de Todos).
Las capturas de telegramas con tachas tampoco significan fraude
Luego de las elecciones primarias de 2019, comenzaron a circular capturas de telegramas con tachaduras o errores a través de posteos en redes sociales o cadenas de WhatsApp, cuya difusión se utilizó para generar la sospecha de que hubo fraude en los comicios.
Pero, como se explica en esta nota de Reverso, la versión de fraude electoral terminó siendo falsa: los telegramas con inconsistencias existen desde 1983, representan menos del 1% del total y no implican que exista fraude porque los telegramas no tienen valor legal. En las actas de escrutinio, firmadas por las autoridades de mesa y por los fiscales partidarios, está la información correcta y esta sí tiene validez legal.
Como se explicó en esta nota, este tipo de desinformaciones que cuestionan la legitimidad de los comicios no circularon sólo en la Argentina. En 2019, durante las elecciones de constituyentes en Chile (11 de abril), las elecciones presidenciales de Perú (11 de abril y 6 de junio), y en las elecciones legislativas de México (6 de junio) también se hicieron virales contenidos falsos que planteaban la posibilidad del fraude (acá, acá, acá y acá), como la acusación de la adulteración de actas o documentos firmados por autoridades de mesa de votación ya fallecidas. En 2022, en Brasil la desinformación apuntó firme contra el proceso electoral, puso en duda el funcionamiento de las urnas electrónicas (acá, acá) y los resultados (acá, acá).
Cómo detectar una información falsa por nuestra propia cuenta
En Reverso nos proponemos luchar contra la desinformación pero a esa lucha podés encararla vos mismo: con tu computadora o con tu celular.
Ante cualquier contenido, es vital prestar atención a la fuente y no compartir aquella que no sea información verificada. Además, frente a una cadena de WhatsApp que dice “Reenviado” o “Reenviado muchas veces”, por ejemplo, prestar especial atención porque eso significa que el autor de ese contenido no está claro y no es quien mandó el mensaje. Y sobre todo, ante la duda, no compartas.
La lucha contra la desinformación también significa advertirles a nuestros familiares y amigos cuando están compartiendo o comentando como si fuera cierto un contenido falso. Como se explica en esta nota o en esta otra, es importante establecer un diálogo genuino, respetuoso, con calma y paciencia; entender por qué la otra persona cree y/o difunde noticias falsas y acercarle información cierta y contrastada.
Para más información, podés consultar el documento “¿Cómo cubrir las noticias sobre elecciones sin promover la desinformación?”, que es una de las guías desarrolladas por Chequeado -revisada por especialistas y con el apoyo del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC) de la Unesco- con el fin de aportar a la capacitación de periodistas en actividad y en formación de América Latina y el Caribe.
También podés leer este listado de los 10 casos más comunes de desinformación electoral en la región de la iniciativa Portal Check, un trabajo colaborativo -también realizado por Unesco junto con Chequeado y la red de fact-checkers Latam Chequea- financiado por la Unión Europea.
Esta nota es parte de Reverso, el proyecto periodístico colaborativo coordinado por Chequeado y AFP que une a más de 100 medios y a empresas de tecnología para intensificar la lucha contra la desinformación durante la campaña electoral.
Las vías de contacto para sumarse son:
por mail a info@chequeado.com
por WhatsApp
y /ReversoAr en todas las redes.
Autor: Juan José Domínguez
Edición 1: Florencia Ballarino
Edición 2: Matías Di Santi
Edición 3: Anella Reta