Lo duro para el gobierno de la media sanción en el Congreso de una nueva fórmula de movilidad jubilatoria no es solo haber perdido la votación, sino la contundencia del triunfo opositor que pone un signo de interrogación sobre el veto que ya anunció el presidente Javier Milei para el caso de que, como se supone que pasará, el Senado convierta el proyecto en ley.

El presidente anunció de madrugada, por Twitter, su decisión de vetar. Pero el Congreso puede rechazar la decisión del mandatario e insistir con la suya si cuenta con dos tercios de los votos.

Si se toma como base la votación de esta madrugada, había 241 diputados presentes. El resultado fue 160 (Unión por la Patria, UCR, Coalición Cívica, Hacemos, como los bloques principales) contra 72 (La Libertad Avanza y el PRO) negativos. Es decir, menos un tercio rechazó la iniciativa y más de dos tercios lo hicieron a favor. Incluso, los representantes de la izquierda optaron por la abstención. Pero se especula que si es para rechazar un veto presidencial sus representantes levantarán la mano.

En el Senado, los números son desfavorables para el oficialismo ya que el kirchnerismo, con 33 senadores, está a apenas 4 votos de la mayoría que se descuenta que obtendrá para la sanción definitiva del proyecto que involucra, según la Oficina del Presupuesto del Congreso, casi medio punto del PBI.

¿Quiere decir esto que el veto presidencial efectivamente será rechazado? No necesariamente. Pero para “cuidar la caja”, como dijo que hará Milei, tendrá que negociar. En definitiva, recurrir a las artes de la política. Cuenta a su favor con un arma discursiva fuerte: pegar a la oposición dialoguista con un kirchnerismo con el que no quiere quedar emparentado.

Con todo, tendrá que bancarse pagar el costo político de usar la lapicera contra los jubilados, un sector que según también la Oficina del Congreso perdió un 28 por ciento de poder adquisitivo en los últimos meses.

En ese sentido, llamó la atención la cantidad de ausencias a la hora de la votación en Diputados. Fueron 16 y casi la mitad de ellas del PRO, el sector que hasta ahora trabajó en tándem con La Libertad Avanza en el Congreso.