El peronismo santafesino arrancó un proceso de “refundación” y búsqueda de identidad opositora. El último viernes sesionó en Rosario una mesa de acción política conformada por los distintos sectores que componen el espacio: perottismo, los gremios, los intendentes y presidentes comunales, el movimiento Evita, La Cámpora, La Corriente, el sector identificado con Marcelo Lewandowski y los senadores provinciales. La idea es acordar una posición unificada de cara al debate sobre las reformas (constitucional, previsional, judicial) que impulsa el gobernador Maximiliano Pullaro.
Pablo Corsalini, intendente de Pérez, fue quien se sentó en representación de sus pares y destacó, en un mano a mano con Rosario3, el proceso que encaró el Partido Justicialista. Fue autocrítico sobre la gestión de Omar Perotti, a quien apuntó: “Nos juntamos más veces con Pullaro durante estos ocho meses de gestión que con Perotti en sus cuatro años”. Y sobre el futuro del PJ propuso cuidar lo que se tiene: las intendencias y comunas que se pondrán en juego en las elecciones del año próximo antes que definir quién será el candidato a diputado nacional, en un tiro por elevación a otros dirigentes que ya manifestaron sus intenciones en ese sentido.
–¿Cuál fue el objetivo de la reunión de la mesa de acción política en Rosario?
–La unidad del peronismo parte de una necesidad de los líderes territoriales que tenemos responsabilidad de gobierno y que se empezó a gestar a partir de la conducción que tiene a Guillermo Cornaglia como presidente del partido y con la redistribución de los cargos en los diferentes espacios. Se vuelve a convocar esta mesa para empezar a dar discusiones como la estrategia política, el posicionamiento frente a los temas que se plantean en la agenda provincial como la reforma constitucional y previsional. Son cambios profundos para que el peronismo tenga un mensaje o propuesta claros.
–¿Se trata de una refundación del peronismo?
–Sí, claro. Estamos convencidos que si seguimos con las mismas caras y actores de siempre vamos a tener los mismos resultados. El peronismo tiene que tener una propuesta que vuelva a enamorar a la gente.
–¿Hoy son una verdadera oposición en la provincia?
–Vamos camino a que el peronismo sea una oposición constructiva.
–¿Cuál es la oposición del peronismo? ¿Son los diputados provinciales cuya mayoría responden al perottismo?, ¿son los intendentes y los presidentes comunales?, ¿los senadores?
–Hay falta de conducción, no hay jefatura, pasa esto y no sabemos dónde ir. Hay que encontrar un denominador común para seguir avanzando.
–¿Qué otros desafíos tiene el justicialismo en la provincia más allá del perfil opositor?
–Hay que tener en cuenta que ponemos en juego el año próximo 55 comunas y 3 intendencias propias y el peronismo corre el riesgo de perderlas. Y esto va más allá de quien va a ser candidato a diputado nacional. Hay que cuidar lo que tenemos si queremos enfrentar dentro de tres años al actual proyecto de gobierno.
–Los intendentes y presidentes comunales ya tienen un espacio denominado Vamos.
–Es la síntesis de dos foros, el de los intendentes y el de los presidentes comunales que siempre existieron, y nuclea a jefes territoriales, concejales, minorías comunales, dirigentes sociales y a los que comparten territorialidad. Es un espacio que logró representatividad dentro del partido y busca la refundación del PJ para que pueda ser la alternativa de todos los que van a quedar fuera del proyecto Milei y ser una alternativa de gobierno dentro de tres años.
–¿Es una construcción de los intendentes para convertirse en una opción dentro del partido?
–Somos 57 referencias en departamentos y localidades, que no se encuentra en otros proyectos del peronismo, con mucha territorialidad y roce. Entendemos sobre dar respuesta a la gente. Es necesario que el cambio tenga que ver con romper la matriz política.
–¿Quiénes serían líderes que deberían encabezar esa refundación del partido en Santa Fe?
–Tiene que haber dos etapas. Una es la de estar convencidos que esto es una construcción colectiva, quien venga debe tener en cuenta que debe venir a aportar mucho y tendrá poco para llevarse o casi nada. Otra es que no se puede pensar en proyectos propios, hay que arremangarse y trabajar desde abajo. Los que tenemos territorialidad y vínculo con la gente tenemos un punto de encuentro distinto y nos podemos sentar y construir para adelante.
–¿Cómo pesa la herencia de la gestión de Omar Perotti?
–Pesa la destrucción de la matriz del partido, cuesta volver a convencer a los compañeros que se puede construir un proyecto político después de haber tenido el poder y no haberlo hecho en ese momento. Esa es la gran labor. Y de ahí también parte la autocrítica. No supimos plantarnos y decirle (a Perotti) que no veníamos en el camino correcto. Nos tenemos que hacer cargo. No tenemos que poner solo la responsabilidad en el otro solamente. Lo que hicimos no alcanzó.
El partido a nivel nacional
–¿Hay que refundar el partido a nivel nacional también?
–Sí, claramente. El desafío en el PJ es provincializar el partido y dar la discusión sobre un proyecto del justicialismo para Santa Fe. Ya no hay jefaturas nacionales y eso es parte de la crisis.
–¿Cómo impactan las denuncias contra Alberto Fernández?
–Lo de la violencia de género es un tema muy sensible. No podemos hacernos cargo porque no tenemos nada que ver. Se habla de corrupción pero acá hay jefes comunales con gestiones intachables. Transpolar una denuncia a todo un espacio político me parece que es generalizar y eso desnaturaliza. Es jugar una carta sucia que no colabora con la política.
–Te sacaste fotos y estuviste con dirigentes como Axel Kicillof y Juan Schiaretti.
-La falta de conducción nacional nos lleva a que el espacio tenga que hablar con dirigentes para tener una perspectiva nacional y la necesidad de una restructuración de la política en general. Todos estamos con el desafío de poner en valor la política, despegándose de las formas y las figuras que nos trajeron hasta acá. Son claves los nuevos liderazgos.
La relación con Pullaro
–¿Qué evaluación hacés sobre el gobierno de Pullaro?
–Viene cumpliendo con las urgencias y los indicadores en materia de seguridad son una prueba. Tiende puentes necesarios para generar vínculos con las oposiciones de los territorios, hay diálogo con intendentes, las gestiones se vienen dando quizás no con la velocidad que se pretende, pero hay atención, escucha y resolución.
–¿Los intendentes peronistas están mejor con Pullaro que lo que estaban con Perotti?
–Sí, estamos hasta mejor atendidos. Maxi (por Pullaro) es Miguel Lifschitz potenciado porque tiene capacidad política y de trabajo permanente, atiende el teléfono y da respuestas. No nos podemos quejar. Nos hemos juntado más veces con Pullaro en estos ocho meses de gestión que con Perotti durante sus cuatro años. Esto no nos pone contentos como peronistas, lo triste es que no hemos podido lograrlo con un gobernador peronista.
–Se te ve más un intendente de Unidos que del peronismo.
–Jajajaja. Soy un pragmático. Hace de los 14 años que participo en política y la verdad que hice todo el proceso: militante, dirigente, concejal e intendente que va por su tercera gestión. Hoy lo partidario no puede ser una pared para la gestión y la gente no quiere a eso.
–¿Qué posición van a adoptar frente a las reformas que impulsa el gobernador?
–Vamos a buscar una posición unificada en el partido porque tiene que haber una coincidencia con lo que voten los legisladores provinciales. Pero (los intendentes) tenemos mucho que aportar en materia constitucional sobre: autonomía municipal, reelección, duración de mandatos, reformas a la cordobesa o no, con cartas orgánicas o no.
–¿Cómo impacta la gestión del presidente Javier Milei en los municipios y comunas?
–Lo estamos mirando con alerta. Las localidades cuya matriz es la producción y las pymes representan el 50 por ciento de los ingresos propios. El primer empleo, las changas, están destruidos. Vemos un aumento de las demandas sociales y en salud y el primer mostrador es el municipio. El mejor aliado que hoy tiene Milei son los dirigentes territoriales que ponemos la cara y hacemos maravillas ya que sostenemos la salud, lo social y los alimentos. Vemos un plafón de tolerancia por parte de la población porque los municipios resistimos. Hoy estamos siendo el puching ball del gobierno nacional y por eso la gente la aguanta.
Mirada metropolitana
–¿Existe una mirada metropolitana para la solución de temas comunes a las diferentes ciudades y locales de la zona?
–Sí, hay una gimnasia que traemos de trabajo metropolitano, no nos cuesta lograr acuerdos con otros intendentes de diferentes miradas políticas.
–¿Con qué otros intendentes de distinto signo político es posible llegar a esos acuerdos?
–Con Alberto Ricci (de Villa Gobernador Gálvez), con el intendente de Roldán (Daniel Escalante) o el de Granadero Baigorria (Adrián Maglia).
–¿Con Pablo Javkin, no?
–El intendente de Rosario me parece que tendría que ponerse más de espaldas al río y abrirse hacia las ciudades metropolitanas.