“Somos la pata peronista del Frente Unidos”. Así se definió la hoy subsecretaria de la Región Centro, Claudia Giaccone. La funcionaria fue quien trabajó por la candidatura presidencial del cordobés Juan Schiaretti por Hacemos en 2023 y ahora apuesta a un “frente a la santafesina”, “de centro, desarrollista y desde el interior”, para el escenario electoral que viene. La funcionaria, que integra el gobierno de Maximiliano Pullaro, tiene un rol clave en el marco de la integración de la provincia en las regiones Centro y Litoral y defendió un modelo “productivo” y “federal” en contraposición a la gestión nacional.
Giaccone fue diputada provincial por un sector del Partido Justicialista e integró la gestión de Omar Perotti durante casi un año y medio al frente de la Dirección de Deportes de la que se fue con una “frustración muy grande” porque “no nos incluyeron en las decisiones” y fue “muy cerrado y mezquino”. Compitió por el Frente de la Esperanza en las legislativas del año pasado, lo trajo a Schiaretti a la provincia en alianza con el socialismo y terminó formando parte de Unidos por invitación del gobernador electo.
En un mano a mano con Rosario3 repasó los temas de su gestión, los escenarios políticos provincial y nacional, y el futuro electoral con la posibilidad de una reforma constitucional también.
–¿Por qué cree que ahora puede tomar impulso la Región Centro y cuál es la diferencia con las gestiones anteriores?
–Porque hay una decisión política muy fuerte de los gobernadores, gente nueva, jóvenes y con impronta de época. Desde aquel primer tratado en 1998 entre (Jorge) Obeid y (Ramón) Mestre al que luego se sumó Entre Ríos, siempre hubo motivación de trabajar regionalmente, pero fueron 26 años con altas y bajas. Para ello tallaron diferentes posicionamientos con Nación y prevalecieron criterios de competencia más que de articulación en conjunto; eso hizo que no crezca. Y por otro lado, hay un contexto nacional donde un gobierno aparece con coordenadas macroeconómicas y que considera temas menores a la generación de empleo, el desarrollo de la industria, el consejo agroexportador, que son nuestro ADN. Cuando se desfinancia a las provincias, estas entienden que deben defender sus intereses e integrarse para generar volumen, lograr mercados e inversiones en conjunto. Este esquema de necesitarnos y articularnos debe ser con decisión y de carácter imperioso.
–¿La flamante Región Litoral va también en ese sentido?
–Exacto. Constituye el eje federal. Hoy es propicio un esquema de la defensa de los intereses y una oportunidad de llevar adelante mucho de lo que se habló a lo largo de en nuestra historia. La Región Litoral trabaja la posibilidad del desarrollo de los puertos y la Hidrovía desde Santa Fe hacia el norte. Hay una impronta que no se ha tenido, de potenciar las ventajas de este río. Hay un trabajo en temas estratégicos y estamos muy entusiasmados. Un ejemplo: se está estudiando un nuevo cruce entre Villa Ocampo y Bella Vista para ahorrar distancias y estar a 300 kilómetros de Brasil.
Proyecto nacional
–¿Puede surgir desde estas regiones un proyecto para el país?
–Creo que puede salir un proyecto nacional, aunque no soy ilusa porque Ciudad y provincia de Buenos Aires son indispensables para constituir alianzas con distintos sectores. Podemos mostrar un modelo de desarrollo en alianza con el privado cuyas inversiones van a la producción y no al sector financiero. Este modelo, que no estuvo presente nacionalmente y no tuvo una voz, está latente. Es la voz del interior que hable del interior para crecer, exportar, desarrollar la industria y la bioeconomía, el agregado de valor en origen, los biocombustibles. Es una ecuación virtuosa por donde se la mire y tiene que tener un proyecto federal.
–¿El proyecto que encabezó Schiaretti en las presidenciales del 2023 fue un mojón a la hora de pensar ese proyecto?
–Totalmente. Lo que sucedió es que el contexto hizo que haya un voto útil que fue para los extremos. Sin embargo, mucha gente hoy se animaría a votar una opción de centro, desarrollista, con arraigo, que tenga encarnación en las personas y apueste a un rol del Estado junto con el sector privado. Acompañé convencida a Schiaretti sabiendo que no era opción ganar, había que sembrar un camino y plantar una opción sensata, clara, y con un plan que se pueda continuar.
Unidos en el Frente
–¿Cómo fue su llegada a Unidos siendo que viene del justicialismo?
–Somos la pata peronista del Frente Unidos. Tomé la decisión de ir por fuera del justicialismo el año pasado junto a la gente que me viene acompañando desde 2015. No fue fácil la decisión y más después de la experiencia de la gestión anterior, una frustración muy grande para todo el peronismo donde no pudimos demostrar lo que siempre dijimos. Fue un gobierno muy cerrado y mezquino, donde nos excluyeron, no nos consultaron y no nos integraron a las decisiones. Sentimos que el proyecto del peronismo estaba agotado y sin perder nuestra identidad fuimos a una elección con una lista propia de candidatos a diputados provinciales. Para la elección nacional trabajamos junto al socialismo por la candidatura de Schiaretti. Y después vino el llamado del gobernador para formar parte de la gestión. Hoy tengo apoyo incondicional y generoso de todo el equipo y que se nota en una gestión absolutamente transversal.
–¿Cómo se explica que alguien que viene del peronismo trabaje en un mismo frente con un gobernador radical y con socios como el socialismo y el PRO, entre otros?
–Es momento de pensar en conjunto, ya lo veníamos planteando desde hace años, formar parte de un frente mayor. Hay un cambio de paradigma en la política donde la sociedad valora que trabajemos en conjunto en los distintos partidos. La gente nos decía “qué bueno que estén trabajando juntos más allá de las diferencias políticas de referencia” cuando miraba las fotos de la Región Centro con los tres gobernadores. Sumarme desde el peronismo es un bálsamo en el marco del péndulo de los extremos y donde hoy hay que confrontar para llamar la atención. Esto es una señal distinta y que la sociedad valora.
–¿Qué siente formar parte de una gestión junto a espacios que en lo nacional están con La Libertad Avanza?
–Toda la energía está puesta en la gestión, en el plan de trabajo, con claridad y objetivos, respetando mucho las miradas y la legitimidad del Presidente. Acá, en Santa Fe, se prioriza la mirada común, el desarrollo de nuestra provincia y hay coincidencias sin conflicto ni contraposición. Creo que a nivel nacional la mayoría vamos a terminar armando un frente de centro, del sentido común como dice Schiaretti, un frente a la santafesina.
–¿Si hubiera sido electa diputada provincial hubiera votado todo lo que propuso Pullaro en estos meses de gestión?
–Es muy saludable y sorprendente cuando el gobernador dice que expone capital político con algunas decisiones. Hay una responsabilidad sobre el momento que estamos viviendo, es saludable que se tomen decisiones que cree conveniente para corregir déficits que el día de mañana serán perjudiciales, y uno es la reforma a la Caja de Jubilaciones. Hoy la sociedad espera gestiones incómodas, que no comparte y costosas, con decisiones que son difíciles y muy valientes, pero con argumentos sólidos en el sostenimiento del Estado y lo público. Hubiera acompañado, sí claro, y más cuando veo que pone el cuerpo.
–¿Volvería al Partido Justicialista?
–Si viéramos que hay un proyecto de participación con vocación de construcción colectiva, sin dudas. Me parece que no va a suceder en el corto plazo. El partido, como a otros también les pasa, atraviesa una etapa de disolución y disgregación. Tenemos que recomponer en conjunto.
Reforma constitucional
–Me imagino que está de acuerdo con la necesidad de la declaración de la reforma constitucional.
–Sí, es necesario, siempre estuve a favor, hay temas que son fundamentales. A veces parece que son temas de la política, pero que son necesarios como las reformas para las presidencias comunales, la proporcionalidad en Diputados, los referéndums, las revocatorias, todo lo que signifique más participación por parte de la ciudadanía, más allá de las elecciones. Me entusiasma mucho porque la gente perdió confianza en la democracia y la política, y eso obliga a que haya que acercar la gente a la política. No podemos darnos el lujo que la gente crea que la política no transforma.
–¿Ve riesgo que La Libertad Avanza o el sector de Amalia Granata empiojen la reforma como piensa Unidos?
–Ese riesgo es posible. Estamos viendo que las figuras a veces son más preponderantes que los proyectos. Hay figuras de la tele, que vienen del deporte o del espectáculo, que generan una adhesión desde el descreimiento de la política y plantean debates que no son los proyectos. Hay que meterle más política, profundidad de los temas y el gran riesgo es no estar en sintonía con lo que le pasa a la sociedad.
–¿Pero la reforma constitucional es un tema que le importe a la gente?
–Cada vez que se plantea aparece siempre el mismo argumento y entonces nunca nadie va a encarar una reforma. Y eso no significa que haya que dejar de lado la gestión, no se tiene que resentir en absoluto. Porque se trata de mejorar la calidad de la política.