Un maleante conocido como "el Paisa", que este mes tuvo menciones en las páginas policiales de la ciudad de Casilda por una inusual escalada de violencia en esa localidad, sumó una nueva acusación por amenazar y tirotearle la casa a un pibe en barrio Hostal del Sol. En la audiencia imputativa desarrollada este viernes se conoció que posteó en su propio Instagram una grabación de esa balacera, material que fue citado como evidencia por el fiscal.
El Paisa, detenido por balaceras en Casilda, sumó una nueva acusación por filmar un tiroteo contra una vivienda en zona noroeste y subirlo en Instagram.#rosario3 pic.twitter.com/hPboH5JqTz
— Rosario3.com (@Rosariotres) November 25, 2022
Elías Exequiel “Paisa” Troncoso (21) fue detenido el sábado 12 de noviembre en Casilda junto a tres integrantes de su banda, y quedó alojado en la alcaidía local acusado de hechos de balaceras e intimidación pública. Diez días antes, el 2 de noviembre, había sido buscado durante una serie de cuatro allanamientos en el noroeste de Rosario solicitados por el fiscal de la Unidad de Balaceras Federico Rébola.
Ocurre que el Paisa, nacido en Santa Elena, Entre Ríos, estaba señalado como el autor de las amenazas que recibió L.C., un pibe de 16 años que hasta hace unos meses había sido su amigo por vivir en el mismo barrio, Hostal del Sol.
En agosto L.C. recibió en el chat de su Instagram el mensaje proveniente de la cuenta @Paisa_43: "Vos vas a ver, pedazo de gil, que andas hablando haciendote el berraco, vo' acordate que andas hablando que soy gil, no te regalé afuera”.
Por ese mensaje no hubo denuncia alguna, pero en los primeros minutos del 20 de septiembre la advertencia pasó a mayores.
El domicilio de L.C., ubicado en Jorge Newbery al 8100, fue blanco de 23 balazos que alcanzaron la fachada y un autómovil.
El mensaje de plomo estuvo refrendado por una hoja con un mensaje de puño y letra: “Tenés 2 días para dejar la casa este es un problema particular por sapo, no te regalés y para el que se meta también hay balas. La mafia. Ate: El Mono. Tenés que dejar la casa".
Más de un mes después, el 26 de octubre, salió a la luz que El Paisa había filmado este atentado y la grabación fue subida como historia de Instagram, reservada para “mejores amigos”.
"Y si 'lorean' (hablar de más) que se la aguanten; poquito suena la HDP", decía el texto que acompañaba el video, donde se se alcazaba a ver la vivienda de L.C.
Pero eso no fue todo. Antes de la aparición del video, los mensajes extorsivos comezaron a llegar al teléfono del padre de L.C. Ocurrió el 18 de octubre, según la imputación.
"Señor M. o como usted se llame, usted sabe que su hijo quedó en falta así que le digo una cosa: le hablamos de la cárcel de Coronda, nosotros le damos 15 días para que me junte 700 mil pesos, no sé de dónde carajo sacará plata, eso no es asunto mío, así que si usted no me junta la plata en 15 días vamos a hablar de otra forma, yo sé donde ustedes vive y también sabemos que trabaja (…); sabemos donde anda su hijo, lo estuvimos viendo salir con un hombre acompañado en una Twister negra, espero su respuesta rapidamente, dígame o mañana empezamos y le voy a mandar uno de mis combos (SIC) a que le cague a tiro su vivienda".
Este mensaje, según los fiscales, fue enviado desde un número que estaba a nombre de Paisa Troncozo. También los acusadores acreditaron que el video de la balacera había sido subido su cuenta de Instagram, a la que a su vez posteaba fotos armado.
Por todo ello, Rébola imputó a "Paisa" por amenazas simples; abuso de armas; daño con arma de fuego; portación; amenazas agravadas con amenazas con el propósito de compeler a una persona a abandonar su residencia habitual agravada por la utilización de arma de juego; intimidación pública y tentativa de extorsión, calificación que fue tuvo el visto bueno de la jueza Verónica Lamas González que impuso una medida cautelar por el plazo de ley.
Según se desprende de la causa, el conflicto entre L.C., el "Paisa" y dos hermanos de apellido Ortiz surgió en abril. Ese mes, de la casa de LC faltó una suma de dinero y sospecharon de los Ortiz, que andaban armados y se dedicaban a las extorsiones, aseguran los testimonios. Las sospechas quedaron confirmadas cuando el padre de estos devolvió la plata. Desde entonces, la relación se quebró y todo fue para peor.