La Justicia federal de Venado Tuerto allanó una financiera informal ubicada en esa localidad que a fines de junio había sido asaltada por una banda de ladrones rosarinos integrada por un ex policía y algunos familiares. La cueva estaba regentada por dos contadores, los dueños de la propiedad, confiaron voceros de la Fiscalía a cargo de Javier Arzubi Calvo.
El hecho policial del pasado 27 de junio en el domicilio de Rivadavia y Cabral puso sobre el tapete la operatoria ilegal de divisas --intermediación financiera no autorizada-- que ya era vox populi en la ciudad del Departamento General López.
El dato de la cueva había llegado a los oídos de la banda integrada por el policía jubilado Juan Alarcón, dos familiares y un allegado, que se alzaron con 10 mil dólares y 3.5 millones de pesos en un golpe desprolijo, donde el contador Edgardo U. recibió un culatazo en la cabeza.
Ese día, la Policía les cortó la fuga a los delincuentes en plena ruta. Fue en la localidad de Villada, a unos 70 kilómetros de Venado Tuerto, en medio de un operativo cerrojo.
Lo cierto es que el contador Edgardo U. y su socio --apenas identificado por las siglas EU-- quedaron en la picota y en el ojo de la Fiscalía Federal a partir de las repercusiones del asalto.
Arzubi Calvo, titular de la flamante Sede Fiscal, inició una causa de oficio que decantó en el allanamiento este viernes. Como ya era sabido, durante la investigación determinaron que ni el domicilio ni sus dueños tenían autorización del Banco Central para operar en cambio.
A partir del allanamiento de Gendarmería este viernes por la mañana, secuestraron gran cantidad de documentación, libretas de pagarés, ocho celulares, computadoras, dinero en moneda nacional y extranjera, cinco máquinas de contar billetes, un arma y un detector de billetes falsos, dijeron los voceros de la causa.