Tres personas fueron condenadas este jueves en Rosario por un crimen cometido por error en abril de 2019 en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez. El sicario Marcelo Ezequiel “Pala” Gorosito recibió la pena de 27 años de prisión, al igual que Antonio “El Gordo” López, el conductor que la moto usada para el homicidio. En tanto, una mujer pasará 4 años en la cárcel porque en los allanamientos en su casa se encontraron tres armas, una de ellas, la utilizada para el ataque mortal.
“Pala” Gorosito, “El Gordo” López y Eliana Segovia fueron considerados responsables del asesinato de Juan Alberto “Beto” González, de 23 años, según la resolución del tribunal integrado por los jueces Román Lanzón, Gustavo Pérez de Urrechu y Hebe Marcogliese.
“Beto” González fue acribillado de doce balazos en la puerta de la casa de un amigo, a quien esperaba para salir a bailar. El ataque fue el 1º de abril de 2019, pero la víctima murió dos días después en el Heca.
De acuerdo a la investigación que llevó adelante el fiscal Gastón Ávila, “Beto” González aguardaba por Brian Orellano. Del teléfono de ese amigo se pudo conocer que se encontraba bajo amenazas por Brian Ismael “Pocha” Sánchez, un joven condenado a 20 años de cárcel por tres crímenes y tres tentativas de homicidio. Sánchez, a su vez, está vinculado al jefe narco René Ungaro.
“Estuve viendo un par de fotos tuyas y andás con un par enemigos míos. Todo mal. Este año te voy a re explotar. Me voy a la calle y te la voy a re poner, te voy a reventar toda tu casa. Fíjate que no chamuyo. Vas a tener que pagar, si no tenés plata, poné la Tornado con todos los papeles o te mando plomo. Tengo un par de amigos y tu casa está de regalo”, le había escrito Pocha (que no fue llevado a juicio) a Orellano. Beto González nada sabía de estas amenazas, según sostuvo su familia.
“Este caso es un fiel reflejo del flagelo que vive la ciudad de Rosario y sus alrededores. Un claro ejemplo de cómo se maneja una de las tantas bandas criminales que hay, que se financia con estupefacientes y que opera en la zona sur de Rosario y en Villa Gobernador Gálvez. Y que dentro de esos manejos, cuando algo o alguien no les gusta, pasan a la violencia. A la violencia armada, letal y sin miramientos”, describió el fiscal Gastón Ávila durante el alegato de apertura.
Y agregó que el grupo criminal “tenía un plan y una intención concreta. Fueron hasta allí para matar al dueño de casa, Brian Orellano. El móvil no está del todo claro. Un posible amorío con una familiar de un miembro de esta banda criminal, no haber accedido a las extorsiones que otro miembro del grupo le hizo o, quizás, la posibilidad de que Brian pasara información sobre los movimientos que en Tablada hacían estos criminales. Lo cierto es, sin dudas, que querían eliminarlo”.
Los celulares y las pistolas
Dos semanas después del crimen en la Unidad Penitenciaria de Piñero se produjo una requisa completa del pabellón N° 13 en el marco de una investigación por las balaceras al Poder Judicial.
De uno de los teléfonos incautados se pudo extraer chats de WhatsApp en los que Gorosito confesaba sin remordimiento a un recluso: “(Beto) Estuvo en el lugar y en el momento equivocado. ¿Qué querés que haga? Ya no me podía frenar, hermano, hay que dejar pasar un mes, vamos por el otro y lo hacemos pelota”. La evidencia extraída de ese teléfono se sumó a la que aportó el celular de Orellano, amigo del joven asesinado.
El 3 de junio de 2019, la Policía Federal (PFA) capturó en barrio Tablada a Gorosito, y le secuestró dos teléfonos. En agosto de ese año, un grupo de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) allanó el domicilio de pasillo ubicado en calles Ayacucho y Estado de Israel. Allí detuvieron a Eliana Soledad Segovia (hija de la Gringa Ávalos, una mujer fallecida imputada junto a René Ungaro por asociación ilícita) y a su pareja, el Gordo López. Además de la detención de ambos, y del hallazgo de más de un kilo de marihuana y de 282 gramos de cocaína, la TOE secuestró tres armas de fuego. Una de ellas, una pistola 9 milímetros marca Bersa, era el arma homicida, determinó un peritaje.