Entre el histórico secuestro de 1.658 kilos de cocaína en Empalme Graneros, el 26 de agosto pasado, y los allanamientos de este miércoles en el Puerto de Rosario por la salida de 1.400 kilos de esa misma droga a Países Bajos, hay varios puntos en común. Uno de los más llamativos es que el material estupefaciente estaba embalado con el logo de Louis Vuitton, y otro, que también se encontraban en unos bolsos negros.
Si bien son investigaciones que se realizaban en paralelo, una por el juez federal de Campana Adrián González Charvay –por la ruta de la cocaína de Rosario-Dubai–, y otra por los fiscales federales Claudio Kishimoto y la Procunar –a través de su titular Diego Iglesias y el fiscal auxiliar Matías Scilabra–, ahora parecen conectarse al tratarse de cargamentos con características similares.
El 26 de agosto, tres bolsos negros fueron incautados en un galpón de barrio República de la Sexta que está cerca del puerto de Rosario. Sin embargo, el grueso de la droga fue hallado en Génova al 2400, en un depósito de Empalme Graneros, dentro de expeller de maíz.
Se presume que el mismo lugar en el que fueron encontrados los bolsos negros con droga fue usado en junio pasado. Desde ese sitio se habría sacado el material estupefaciente que luego fue detectado en el puerto brasileño de Santos y el de Rotterdam, en Países Bajos.
La hipótesis se basa en que camiones buscaban la cocaína en ese punto de República de la Sexta –a cuatro cuadras del puerto– y lo introducían bajo la modalidad “gancho ciego o rip off”, dentro de cargamentos que ya habían sido escaneados y estaban listos para embarcar desde el puerto.
Las cámaras que “justo” no funcionan
De acuerdo a la investigación que lleva adelante el fiscal federal Claudio Kishimoto y la Procunar –a través de Diego Iglesias y Matías Scilabra–, la Terminal Puerto Rosario tiene información que dar o aclarar.
La Terminal Puerto Rosario, por pedido de los investigadores federales, informó que el contenedor MSKU 1505076 –que luego fue encontrado en Brasil con 568 kilos de cocaína– estuvo durante toda su estadía en el mismo lugar, en la plazoleta. Sin embargo, quedó comprobado que eso no fue cierto, ya que tuvo dos movimientos muy puntuales: el 22 de junio fue movido del lugar de estiba original hacia el perímetro sur de la plazoleta, y el 24 de junio fue sacado de allí hasta un “punto ciego”, que es donde no lo pueden captar las cámaras del predio.
Otro punto es que ese 24 de junio, cuando el contenedor MSKU 1505076 fue movido a un “punto ciego”, las cámaras tuvieron casualmente un mal funcionamiento. Por supuesto, se investiga al personal de monitoreo por complicidad.
Ese 24 de junio a las 22.47 fue dejado el cargamento entre las calles 2 y 3, en el “punto ciego”. A las 23.10 ingresaron tres camiones a la plazoleta fiscal, de los cuales dos no hicieron maniobras, y uno solo fue hasta el container de maní y permaneció a su lado unos 20 minutos.
Entre las 22.38 y las 22.52 del 24 de junio se interrumpió “justo” la grabación de la cámara de entrada de camiones a la Terminal Puerto Rosario. Lo mismo había ocurrido, pero con la cámara panorámica, entre las 21.27 y las 21.30 de ese día.
Pero además, las imágenes de la cámara que registra el ingreso vehicular al predio (que apunta a Belgrano y 27 de Febrero) no fueron enviadas a la Justicia federal en el marco de esta causa, a pesar de haber sido solicitadas el 20 de julio.
A este contexto se añade que la Aduana había intimado a la Terminal Puerto Rosario para que readecuara su logística de carga y circuito de control de los contenedores para que estos sean escaneados de manera previa e inmediata a la puesta a bordo para el embarque. Eso era, justamente, para evitar maniobras de “punto ciego” o “rip off”.