Familiares de uno de los imputados por el reciente doble crimen de dos mujeres sufrieron un ataque mafioso en su casa de barrio San Francisquito. En la noche del viernes dispararon contra la vivienda de uno de ellos. El hecho no pasó a mayores porque, según un testimonio, el arma del gatillero se trabó.
El hecho tuvo lugar en Uruguay al 3100, cuadra donde hasta hace poco vivían los imputados del crimen de Dalma García y Julieta Gaitán, las dos amigas que fueron asesinadas a tiros el lunes por la madrugada en Presidente Quintana al 2800.
La hermana del coimputado César Omar Álvarez cenaba con su pareja cuando a través de la ventana observó una silueta y de inmediato escuchó detonaciones. La humilde vivienda recibió dos impactos y según la víctima el arma del gatillero se trabó. En la escena, la policía halló dos vainas .380.
Indefectiblemente, la mujer consideró el ataque como una represalia por la causa que tiene a su hermano preso, señalaron fuentes policiales.
Perfil de los detenidos
Antes de ser detenido por el doble crimen, Álvarez tenía fama de ladrón de poca monta por robos registrados en los barrios Parque Casado y San Francisquito. Según registros policiales, en julio del año pasado, el Comando Radioeléctrico lo detuvo en Dean Funes al 3100 con una réplica de arma de fuego, luego de que una mujer denunciara el intento de robo de su motocicleta en Ovidio Lagos y Dean Funes. Dos meses después, en septiembre, estuvo demorado por el intento de robo a un minimarket de Francia y Garay junto con un cómplice. El otro imputado, Juan Eduardo Medina (35), terminó en febrero pasado de cumplir una condena a 6 años y 6 meses de prisión efectiva por un robo tipo entradera. El hecho data del 7 de agosto de 2017 y se produjo en un domicilio de Avellaneda al 3200. Medina y un cómplice cayeron ese día tras tirotearse con la policía. El lunes por la madrugada, Álvarez y Medina iban en una Honda Wave y persiguieron a García y a Gaitán, quienes habían salido de una vivienda de Dorrego y Presidente Quintana, en Villa Moreno, e iban en una Honda XR. Al cabo de un kilómetro, las dos amigas fueron acribilladas de ocho tiros certeros y murieron en el acto. Una rápida intervención policial truncó la fuga de los sospechosos a 200 metros. En la semana, el fiscal Patricio Saldutti expuso la principal hipótesis del caso: que una de las chicas fue confundida con una amiga de nombre Nerea que se encuentra amenazada. Y que los sicarios dispararon pensando que se trataba de esta joven. El caso tiene aún muchas preguntas sin responder y aún quedan celulares por peritar. Al mismo tiempo, la violencia ahora acecha a los familiares de los acusados.